Los empresarios reaccionan con el discurso de siempre ante el gancho de izquierda que les dio el ministro Rodrigo Valdés

  • Mientras los empresarios vuelven a levantar argumentos economicistas para cambiar el sentido del gobierno, el ministro de Hacienda les dice: “no vean fantasmas donde no los hay”. Eugenio Tironi les recrimina falta de mirada holística.

Publicado por El Mostrador Mercados, martes 26 de mayo de 2015.

Honestidad, un buen gancho de izquierda, abrirse espacio y calcular los pasos siguientes. Esa parece ser la puesta en escena que ha desplegado el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, desde que asumió la cartera hace dos semanas.

El alivio que sintieron inicialmente los empresarios cuando se produjo el cambio de gabinete y la caída de Alberto Arenas como titular de Finanzas, se vio reflejado rápidamente en palabras de buena voluntad hacia Valdés por parte de los principales gremios empresariales y economistas de la plaza.

El nuevo ministro aprovechó el buen tiempo y fijó ciertos puntos iniciales relevantes: crecimiento como eje, reenfocar la discusión laboral y diálogo abierto. Quizás lo más decidor fue el comunicado que se envió el lunes 18 tras su intervención en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, donde habló de adaptabilidad laboral, mantener la negociación a nivel de empresas y no continuar con la idea de la negociación ramal, reestudiar los servicios mínimos a la luz de lo aprobado por la OIT, y eliminar la propuesta del piso mínimo de negociación. Un mensaje honesto con un marco de acción claro: el programa de gobierno.

Luego vino el gancho de izquierda. Ante algunas declaraciones que apuntaban a parar las reformas, el martes 19, Valdés dijo: “No estoy acá para parar las reformas, estoy comprometido con la agenda de reformas de la Presidenta y  la vamos a llevar a cabo de la mejor manera posible”. Pero el más definitivo lo dio este domingo con la entrevista en El Mercurio cuando dijo que: “Quizás el punto más central del que no todos están convencidos, y me gustaría convencerlos, es que justicia y crecimiento no son dos cosas que compitan, que van independientemente, cada uno por su lado. Al revés…, mayor justicia y mejor distribución del ingreso son buenas para el crecimiento”.

Ambos comentarios podrían haber salido perfectamente de la boca de Alberto Arenas, fogueado en la Dirección de Presupuesto, pero no fue él. ¡Lo dijo Valdés! El doctorado del MIT que pasó por las salas de conferencia de BTG Pactual y de Barclays que además le pidió a los empresarios que “no vean fantasmas donde no los hay y que vean que somos un país sensato. Tenemos que converger en esa sensatez”.

El lunes para Valdés fue abrirse espacio. Estuvo dedicado a la firma del Tratado de doble tributación con China y a programar, mientras espera la reunión con el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Alberto Salas, fijada para hoy martes en la mañana.

Se busca nuevo discurso

Como parte de un juego ya tantas veces visto, los empresarios también salieron a marcar la cancha. Salas dio la pauta cuando declaró a El Mercurio que “los empresarios no vemos fantasmas, vemos realidades”. Y Patricio Crespo, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), agregó que hay que “lidiar día a día con sindicatos que son complicados, y se pretende que la huelga sea sin reemplazo”, entre otras declaraciones.

En la mañana, el sociólogo Eugenio Tironi, de Tironi y Asociados, señaló en radio Duna que le llamaba la atención la existencia de un grupo de empresarios recalcitrante que le exige a Valdés que al día de asumir “privatice Enap o Codelco para bajar la inquietud de los inversionistas”. Una declaración exagerada porque nadie en su sano juicio ha pedido algo así por el momento, pero que apuntaba a la presión que existe sobre el ministro de Hacienda para que dé señales rápidas con el objeto de aminorar la incertidumbre. La tesis de Tironi es que “hoy es difícil aumentar la presencia del mercado. Hoy todo apunta a contener la presencia del mercado y a darle valor a las relaciones políticas”.

Si el sociólogo tiene razón en esta última afirmación, los empresarios están equivocados al argumentar únicamente desde la perspectiva del beneficio económico. Esa línea de razonamiento que era irrefutable en la década de los 80 y 90, ya no lo es. “Como pocos países del mundo hemos soportado el peso de la lógica económica y estamos lentamente desembarazándonos de ella. Ahora buscamos tener una mirada más holística de los problemas”, dijo Tironi.

Por ahora eso no está. Lo que el Gobierno lee es que hace una semana, el sector privado se daba por satisfecho si lograba desahuciar la negociación con piso mínimo y por rama, hoy ya alcanzado ese objetivo va por más: mantener la posibilidad del reemplazo en huelga. Ante eso, el ministro Valdés salió a golpear con la idea de lograr un nuevo discurso por parte de ellos. Como en toda negociación, habrá días de alejamiento y de acercamiento, pero el teléfono rojo siempre estará activado en Teatinos 120.