Experto Álvaro Jaramillo

“El eucalipto es el árbol menos interesante para las aves”

  • Una persona que vive en la ciudad puede identificar 20 tipos de autos, pero sólo tres o cuatro pájaros, apunta el autor de la guía de Aves de Chile.
  • La edad promedio del observador de pájaros chileno es de 20 a 30 años, en cambio en Estados Unidos supera los 40 años, explica el investigador.

Publicado por La Segunda, jueves 1 de diciembre de 2016.

Desde niño que vive fuera de Chile. Este biólogo senior del observatorio de aves de la Bahía de San Francisco, viene dos veces al año, en octubre y marzo, a observar pájaros con grupos que organiza él mismo. “Esta vez reunimos a 14 personas de Estados Unidos y Canadá. Recorrimos el altiplano, la zona central, Chiloé y terminamos en Magallanes”, cuenta Alvaro Jaramillo, autor de la guía “Aves de Chile” que ya cumple 10 años de su primera edición. Planea reeditarla y prepara además otro libro sobre “Aves y Fauna de la Patagonia”.

– ¿Qué cambios observa en los últimos años respecto al tipo de ave que encuentra en Chile?

– Uno iba a las lagunas y lagos del Parque Puyehue y estaban llenas de especies de patos, ahora no están. El visón ha eliminado las aves acuáticas en esa zona. Había más bosque nativo en Concepción que fue reemplazado por el eucalipto que es el árbol menos interesante para las aves porque tiene ese olor y aceite que elimina al insecto, su comida. El chucao o el carpintero negro ya sólo se encuentra en el bosque nativo o en bosques con edad más madura.

-Pero se han encontrado más especies, cerca de 60 en 10 años.

-Porque hay más observadores. En los 80, no éramos más de 10 personas las que salíamos regularmente a observar aves.

-Era un gusto de gringo.

-Generalmente eran extranjeros los que descubrían aves errantes. Ahora son miles los que se dedican a observar aves y los experimentados suman más de cien en el país.

– ¿Por qué en Inglaterra es tan fuerte el interés?

– Los ingleses ricos salían a pescar y cazar y como era una sociedad muy clasista a la clase media y baja que le gustaba la naturaleza le quedó como actividad la observación de aves y la colección de huevos, sobre todo entre los niños. Hoy el interés por las aves cruza a todos los niveles sociales, incluida la familia real. En EEUU y Canadá es diferente. Reúne a personas de más de 40 años que ya tienen a los hijos en la universidad y buscan una actividad sana.

– ¿En Chile se da ese patrón?

– No, la edad promedio del observador chileno está entre los 20 o 30 años y se meten porque les interesa la conservación. Mi papá se crió en Licanray y me nombraba 20 o 30 especies de aves, las podía describir y diferenciaba sus cantos. Ahora, una persona que vive en la ciudad puede identificar 20 tipos de autos, pero sólo tres o cuatro aves, quizás llega a 10. Sin embargo, la necesidad de estar en contacto con la naturaleza se lleva en los genes, por eso tenemos perros o jardines, eso es lo que hace que surjan estos grupos.

Son una vanguardia

Zoólogo de profesión, empezó con su empresa de “aveturismo” hace 5 años –Alvaro’s Adventures- y publicó el año pasado una guía de aves de California. Desde hace dos asesora al gobierno colombiano para desarrollar la observación de pájaros como actividad económica.

“Colombia es el país con más especies de aves del mundo. Tiene alrededor de 2 mil, en cambio Chile llega a las 450 especies –contextualiza-. El gobierno colombiano y las organizaciones de fomento del turismo se han juntado con grupos de conservación de medio ambiente de EEUU y bancos de desarrollo internacionales para que la gente en el campo –que se vio afectada por la violencia política- obtenga un trabajo sin impactar al medio ambiente. La idea es que aprendan a guiar turistas, muchas veces trabajando de la mano de un guía internacional”.

– ¿En qué consiste su asesoría?

– He ido tres veces para enseñarles un sistema para observar aves y guiar turistas. En Chile también se necesita algo así porque hay muchos lugares que el turista quiere ver y faltan personas que sepan del tema. En Santiago hay gente que le pega, pero en el sur y norte no.

– Me recuerda el caso de Costa Rica que se ha posicionado como un lugar de turismo sostenible y no sólo de paisajes.

– Hay que entender que ciertos grupos hacen las veces de vanguardia. Los observadores de aves descubrieron Costa Rica en los 70, sacaron fotos y eso produjo que el gobierno armara algo más masivo. Los surfistas encontraron la gran ola en un pueblo perdido en México y ahora ese pueblo salió al mundo. Los grupos específicos buscan cosas fuera de lo común y ven lo especial que es un lugar. Los nativos no pueden verlo porque siempre han estado allí.


LAS NECESIDADES DE LOS OBSERVADORES DE AVES

Adiós a los binoculares

 

– ¿Qué necesita un observador de aves?

– El desayuno, por ejemplo, debe estar listo temprano. Cuando el día se pone caluroso, las aves se esconden y comienzan a dormir. Si se quiere ver una perdiz en Farellones, hay que salir de mañana. En Chiloé no ocurre eso porque hay actividad todo el día. Los senderos deben ser anchos para que los grupos quepan, que pasen por lugares interesantes y que no destruyan el entorno. Tienen que haber plataformas de observación en distintas alturas desde donde se pueda observar el bosque. Hay que poder registrarlo por arriba, por abajo y por los costados. Al observador de aves le gusta almorzar rico, pero la atención tiene que ser rápida porque lo que quiere es catalogar las aves que vio y ordenar sus archivos.

– ¿El observador de aves está ligado a la fotografía?

-Mucha gente pasa de fotografiar paisajes a aves. Los binoculares ya no son una característica de los observadores, ahora miran todo a través de la cámara fotográfica.

– ¿Dónde están las aves más interesantes en Chile?

-Hay más especies en el norte, aunque no son endémicas de Chile. En la zona central hay varias que no se ven en otros países. El ambiente del bosque valdiviano y la zona de Los Lagos es único y la Patagonia…, en realidad no puedo elegir porque todo es diferente.