- La ex ejecutiva de empresas tan diversas como Bancard, Lan, Banefe y Hogar de Cristo dice que el escándalo está centrado en los empresarios y en la política, pero es más que eso. Es cultural.
- “Por ejemplo, el robo en Chile. En los hospitales cambian las ampolletas buenas por malas. Da lo mismo el nivel socioeconómico”.
- “Cuando revisamos el caso La Polar, los estudiantes rasgan vestiduras de que eso es inmoral y cuando les argumento que firmar el libro de asistencia haciéndose pasar por otro es exactamente lo mismo, o sea, es una falsificación de documentos, me miran extrañados”, agrega.
Publicado por La Segunda, viernes 6 de marzo de 2015.
Susana Tonda entra al cuarto piso de la Escuela de Administración de la UC en plena Alameda. Es el primer día de regreso de vacaciones y se da el tiempo para saludar a las personas que ya están allí.
En el postgrado da un taller de “Liderazgo basado en principios y ética en los negocios”. Se define como una profesora sin “pedigrí académico”, que se hizo en la práctica y su currículo da cuenta de ello: Bancard, Fincard, Banefe, Lan y Hogar de Cristo. Desde 2013 se dedica a la actividad docente en el área de Gestión y Estrategia de la Escuela de Administración.
-¿Cuál es su apreciación de lo que sucede hoy con Carlos Alberto Délano, Carlos Eugenio Lavín, Juan Bilbao, Manuel Cruzat… que forman parte de una generación que se formó en los 70 y 80?
-Yo soy optimista y miro todo esto de manera positiva porque nos hace meditar. En Chile durante muchos años se hicieron muchas cosas -¡muchas cosas!- que están saliendo a la luz pública y que era habitual que se hicieran.
Varias fortunas surgidas en los años 50, por ejemplo, se construyeron con información privilegiada, pero en esa época su uso no era sancionado moral ni legalmente.
Dicho eso también creo que en las últimas décadas, en los 70, 80 y 90 inclusive, hay cierta formación general que apuntó a maximizar utilidades a cualquier precio y eso quizás ahondó el problema. De todo esto tenemos que sacar una lección y ojalá que no quede en borrón y cuenta nueva.
-Usted se formó a fines de los 70 y principios de los 80. ¿Cómo fue su formación?
-Fue demasiado centrada en teoría económica.
-¿Y eso ha cambiado a lo largo de los años?
-Recién ahora ha comenzado a surgir una corriente que dice: ¡Cuidado! Los logros no son a cualquier precio. Que afirma que la teoría económica no es pura y que la ética es parte de los negocios y no son elementos independientes.
Todos cometemos errores, pero no es posible que permanentemente nuestro actuar esté al filo de la navaja o regido por la idea de maximizar las utilidades sin tomar en cuenta las consecuencias éticas que ello tiene; o que la esencia en una organización con o sin fines de lucro son las personas.
-¿Qué prácticas tenemos poco rigurosas?
– No basta con que las decisiones sean legales, deben ser éticas. Nos falta transparencia y decir las cosas de frente. Decir la verdad como prioridad. No podemos usar el argumento de porque todos lo hacen, yo también lo hago. Eso no anda dentro de las organizaciones.
-¿Eso también se da en el plano de pagar la menor cantidad de impuestos posibles?
-Exacto. Yo entiendo que hay cosas que la ley permite y no hay que pagar más impuestos que lo que corresponde, pero que los autos de los ejecutivos sean comprados por la empresa, o que las compras de las casas se hagan con factura, o que las lanchas llenen combustible con RUT de la sociedad, eso es querer hacer trampa. Eso es un problema de formación y viene de los colegios.
-En los colegios el robo o la copia se ve como un tema menor.
-¡Y no lo es! Cuando revisamos el caso La Polar, los estudiantes rasgan vestiduras de que eso es inmoral y cuando les argumento que firmar el libro de asistencia haciéndose pasar por otro es exactamente lo mismo, o sea, es una falsificación de documentos, me miran extrañados.
-Pero tal como ellos no hacen la relación, tampoco la hacen los empresarios
-Tampoco la hacen. En este minuto, el escándalo está centrado en los empresarios y en la política, pero es más que eso. Es cultural. Por ejemplo, el robo en Chile. En los hospitales cambian las ampolletas buenas por malas. En nuestro país, la gente compra ropa en una tienda, la usa un día, y luego la cambia por otra. Da lo mismo el nivel socioeconómico.
Sus inicios en Bancard
-Usted empezó en Bancard en el departamento de estudios, lo que era entrar al “semillero”.
-Comencé allí y después estuve a cargo del “semillero”, es decir, de los muchachos que hacían la practica en el área de estudio. ¿Por qué? Porque era un área que te permitía meterte en muchos temas y no ahondar en ninguno. Era de formación.
-Eso se repetía en el grupo Cruzat , Vial…
-Todos los grandes grupos y los Chicago Boys tenían esos departamentos de estudios. Yo terminé ejerciendo una subgerencia general y en una época fui el brazo derecho de Sebastián Piñera en Bancard.
-¿Cómo evaluaría esa época?
-De gran aprendizaje. Si reviso mi conducta, yo creo que debo haber cometido errores como todos. Tengo algunos recuerdos, para qué voy a decir una cosa por otra, pero eran menores. Sin embargo, no tengo recuerdos que me hayan dado instrucciones por ejemplo, de evadir impuestos. Piñera nunca me pidió que hiciera algo antiético. Incluso en una oportunidad, alguien nos estaba solicitando de manera solapada coima y nos corrimos abiertamente.
Con tejado de vidrio
-¿Cómo interpreta la no reacción de los empresarios frente a casos como Penta?
-Un par de organizaciones salieron hablando…, la Sofofa si mal no recuerdo (esta entrevista se hizo antes de la declaración del sábado). Antes no lo hacían. Pero en general no hablan porque son prácticas comunes. Nos cuesta hablar cuando tenemos tejado de vidrio. Creo que los políticos estuvieron en silencio por las boletas “ideológicamente falsas” porque probablemente muchos deben tener algo parecido. En esta oportunidad, van a haber políticos y empresarios que serán chivos expiatorios, no estoy diciendo que sean inocentes, y de aquí en adelante estos temas se regularán. Sin embargo, insisto tenemos que preocuparnos de la formación de nuestros niños y jóvenes.
-¿Cómo lee la reunión del presidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic, con Sebastián Dávalos y Natalia Compagnon?
-Es antiético por ambos lados, al igual que el caso La Polar, los pollos, las farmacias, Penta, Bilbao… es todo lo mismo.
-Son muchos casos en muy poco tiempo.
-Son muchos, pero no son más que lo que se hacía antes.
RECUADRO:
Nadie está libre de culpa…, ni el Hogar de Cristo
Susana Tonda prefiere dar ejemplos sobre el Hogar de Cristo “para no entrar en territorio apache con los empresarios” y como una forma de demostrar que ya sea en beneficio propio o en beneficio de los pobres o en nombre de Dios, nadie está libre de alguna culpa.
“Cuando llegué al Hogar de Cristo, pregunté cuántas licencias de software tenemos. La respuesta fue que ninguna porque quién iba a controlar al Hogar de Cristo. Yo no lo podía creer porque eso es robo en cualquier parte. Allá en aras del bien nos permitíamos no tener licencias”.
-Eran una especie de Robin Hood
-Efectivamente. El Hogar de Cristo muchas veces no pagaba las imposiciones porque no le alcanzaba la plata. Mi postura fue que no podíamos hacer caridad para los pobres a costa de nuestros empleados. Si no podíamos pagarlas, teníamos que achicarnos o conseguir más recursos.
En pregrado planteamos el siguiente caso de análisis inventado de una organización como Hogar de Cristo que realiza la Cena Pan y Vino. Una empresa quiere regalar queso, pero no puede hacerlo porque la ley no le permite rebajar la donación en especie como gasto tributario, por tanto, dona dinero para que esta organización le compre los quesos. ¿Qué es esto…? Triangulación y es una forma de saltarse la ley.
-No parece tan terrible.
– ¡Pero no se puede! Porque si se hace eso, cuántas cosas más podemos hacer. Al final la cultura de la organización se erosiona, los empleados están viendo que se hace algo ilegal y se deja pasar… ¿Sabe por qué la ley no permitía la donación en especie?
-Ni idea.
-Porque se hacía trampa. Porque las empresas donaban especies que no servían para nada, las sobrevaloraban y las descontaban. Una empresa de retail donó al Hogar de Cristo una cantidad importante de zapatos, pero estaban fallados, sólo llegaron los del pie derecho. Los donaban al Hogar para tener un gasto, en vez de castigarlos. Como se hacía trampa, se prohibió la donación en especie y fue terrible porque no pudimos recibir remedios, por ejemplo. Finalmente, ahora hay una ley que regula las donaciones y los supermercados pueden donar los alimentos que antes tenían que quemar para poder rebajarlos de gasto.
Nota: Esta entrevista fue publicada en el diario La Segunda. Esta es la versión completa que por problemas de espacio se tuvo que editar en el diario.