- El 65% de los contratos corresponde a moneda peso-dólar y el resto a seguros contra inflación, señala Felipe Lederman, gerente general de esta empresa que gestiona sistemas de compensación y liquidación de instrumentos financieros.
- Los expertos señalan que dará más transparencia al mercado y lo hará más seguro.
Publicado por El Mostrador Mercados, jueves 3 de septiembre de 2015.
Si hay algo que las autoridades económicas miran con cautela es el mercado de los derivados, sobre todo a contar de la crisis subprime donde se comprobó el daño sistémico de proporciones que podía provocar.
Por eso, el gobierno trató de darle relevancia al inicio de operaciones de Comder Contraparte Central S.A. (Comder) con la visita del subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, a las oficinas de esta empresa que gestiona sistemas de compensación y liquidación de instrumentos financieros.
Pero el tema no es sexy para el público y prácticamente pasó inadvertido, aunque sí es de gran importancia para el buen funcionamiento del mercado financiero. No es común que 14 bancos se pongan de acuerdo de manera voluntaria para poner en marcha las operaciones de derivados OTC (over the counter) a través de una Cámara de Contraparte Central (CCP) que regula el riesgo. El esfuerzo implicó cuatro años de trabajo, cientos de horas en reuniones tanto entre los bancos como con los organismos reguladores (Superintendencia de Valores, Superintendencia de Bancos y Banco Central) e ir escalando en requerimientos en la medida que la discusión internacional se iba haciendo más compleja debido a la Ley Dodd-Frank en EE.UU. y la European Market Infrastructure Regulation (EMIR) en la UE.
A un mes de que Comder iniciara sus operaciones, su gerente general, Felipe Lederman, señala que “hay un plan gradual de puesta en marcha que en una primera instancia sólo acepta transacciones entre participantes bancarios y operaciones en contratos que son los llamados “Non Delivery Forwards (NDF)” de peso-dólar y UF-peso (seguro de inflación)”, que operan por compensación y sin entrega física, hasta por el plazo de un año.
-¿Cuál ha sido el resultado del primer mes?
-El 65% del total del volumen compensado viene de contratos peso-dólar y un 35% responde a seguros de inflación. En total, el flujo llegó a US$ 40 mil millones para ambos tipos de contratos y el stock –porque hay instrumentos que han ido venciendo- suma US$ 30.000 millones.
– ¿A qué porcentaje del total estimado que se comercia corresponde ese flujo?
-Tenemos como referencia los estudios de factibilidad que hicimos en 2012 que dan cuenta de un mercado NDF cercano a los US$ 80 mil millones. Estamos abarcando el 50% de ese mercado en el primer mes de operación.
-Además de acotar el riesgo sistémico, ¿qué otro beneficio están viendo con estos volúmenes?
-Este volumen ya permite generar una curva de precio mucho más representativa. El gran tema cuando se tiene un contrato de derivados entre dos partes y no se tiene una cámara de por medio, es cómo se determina el precio que se utiliza para valorizar esos contratos. Cuando se tiene una entidad central como Comder que genera sus propias curvas es más fácil cuadrarse a ella.
-¿Se genera un benchmark?
-Nosotros tenemos un modelo con el cual proyectamos la curva de precios y a través de la cual valorizamos los portafolios que administramos de todos los participantes. Esa información se la entregamos a ellos y éstos definen si se cuadran a la curva de Comder o usan su propio modelo.
-¿Qué le indica que los participantes están confiando en ustedes?
-Un indicador es que comenzamos a tener contratos a un año. Durante los primeros días de operación teníamos transacciones NDF peso-dólar a un mes, pero con el correr de las semanas los plazos se han ido ampliando.
-¿Dónde está el grueso hoy de los contratos?
-El grueso de los contratos peso-dólar en el sistema está cerca de los tres meses y en los contratos que se intermedian en Comder se está dando ese estándar también. En el caso de los seguros de inflación, la moda se halla entre cuatro y cinco meses.
US$ 160 millones capturados en agosto
-¿Qué ha sucedido en estos días en que el dólar ha oscilado tan fuertemente?
-La gracia de estas cámaras es que por su modelo de riesgo obliga a los participantes a pagar y recibir las pérdidas y ganancias que se generan todos los días en los contratos. Esto se llama valorizar al “mark to market”. La cámara calcula todos los días las pérdidas y ganancias. Se cobran las pérdidas a quienes van perdiendo y se pagan las ganancias a quienes van ganando. Eso en el mundo bilateral no ocurre u ocurre sólo cada cierto tiempo, en cambio en las CPP sucede todos los días. Nosotros hemos capturado por cobro diario de “mark to market” cerca de US$ 160 millones acumulados en este primer mes. El pago del mark to market diario lleva a que el riesgo de crédito de contraparte entre los participantes sea llevado a cero todo los días, no acumulando riesgo entre ellos, haciendo más seguro el sistema. No se registraron en un auxiliar, si no que fueron pérdidas y ganancias que efectivamente se pagaron.
– ¿Lo puede ejemplificar?
– Si tenía un contrato a $680 por dólar y ese día se llegó a $700 por dólar, los $20 de diferencia están obligados a pagarlos a la cámara.
-¿Existe otro tipo de garantías?
-La cámara para poder aceptar un contrato exige un aporte en garantía porque se transforma en la contraparte del comprador y del vendedor. Entonces la cámara para cubrirse de un potencial riesgo de no pago futuro, cobra de manera anticipada estas garantías en base a un cálculo del valor en riesgo del portafolio de US$ 30 mil millones. Lo cobra por dos conceptos: aporte al margen inicial y aporte al fondo de garantía. El aporte al margen inicial es el pago que cada participante hace como garantía por el valor en riesgo del portafolio. El fondo de garantía es un fondo solidario donde todos aportan a prorrata del riesgo que llevan a la cámara para cubrir un evento de default mayor. Ese fondo está diseñado para cubrir un evento de default de los dos mayores participantes de la cámara. La cámara recibe colaterales por parte de los participantes para cubrir todas estas exposiciones, el cual asciende a US$ 140 millones que antes no estaban. En definitiva, la Cámara tiene tres fusibles: el cobro diario del “mark to market”, la exigencia de garantía por margen inicial y la exigencia de colaterales para el fondo de garantías.
-¿Cada cuánto miden el riesgo del sistema?
-Las cámaras en el mundo para calcular los riesgos tienen franjas horarias, y terminado el proceso de cálculo hacen un llamado de margen que en simple es decirle a los participantes que por las últimas transacciones tienen que dar ciertos montos por concepto de garantía por margen inicial. El proveedor de Comder, Calypso, calcula el riesgo en línea o tiempo real, lo que permite que cada nueva transacción que llegue a Comder está siempre respaldada.
-¿Cómo opera?
-Cuando llega un contrato por US$ 1 millón, el sistema señala cuál es el valor en riesgo que hay implícito. Por ejemplo, indica que hay un valor en riesgo de $17 millones y señala si el participante tiene esa suma de dinero como garantía o no. Si la tiene, se ejecuta la operación, si no la tiene aparece en la pantalla de Comder una alerta y el participante sabe que tiene que poner $17 millones para que esa transacción pase. Toda transacción que se hace a través de Comder está cubierta. Si al final del día, ese participante no puso el colateral, esa transacción no se cursa. Esta es la primera CCP en el mundo que tiene esta funcionalidad.
-¿Esto viene por regulación internacional?
-Esto forma parte de los capítulos Dodd Frank donde ellos definieron la regla de los 60 segundos, es decir, no pueden pasar más de 60 segundos entre que una transacción ingresa a una CCP hasta que es aceptada. Como armamos Comder desde cero, pusimos todos los extras y todas las nuevas prácticas que se estaban discutiendo para las contrapartes centralizadas.
-¿Cuándo empiezan con los contratos de tasas?
-Esa es nuestra segunda fase que es para el 2016, al igual que el pasar a los contratos de derivados de los clientes de los bancos.