- Mientras el presidente ejecutivo alineó las operaciones en el Norte, cambiando a la mayor parte de los gerentes de división. El directorio vivió su propio proceso de ajuste de cuentas.
- El presupuesto del directorio será de US$ 1,16 millones desde octubre 2014 a septiembre de 2015
- El nuevo gerente general de DMH fue muy crítico a la gestión de Hernández a la que calificó de “fatal” para las fundiciones.
En dos órbitas distintas, pero al unísono, tanto Nelson Pizarro como Oscar Landerretche comenzaron a apretar las clavijas de Codelco esta semana.
Cada uno en un rol claramente definido. Pizarro como presidente ejecutivo atornilla las operaciones de la Corporación y Landerretche en su calidad de presidente del directorio, le pone límites a los integrantes de la mesa bajo su liderazgo.
La instancia oficial se dio en la reunión de directorio que se llevó a cabo el martes en la tarde. De allí salieron nombrados cinco nuevos cargos gerenciales, un vicepresidente nuevo y otro ratificado más cuatro acuerdos que guardan relación con el gobierno corporativo.
Si alguien tiene dudas sobre la evaluación interna que existe en Codelco de las operaciones, basta mirar dónde se produjeron los cambios ejecutivos y el perfil de los nuevos gerentes para darse cuenta del diagnóstico que existe.
En resumen, los yacimientos de la zona Norte necesitan un cambio de timón y fuerte. El objetivo es bien básico, pero difícil de cumplir este año, alcanzar las metas de producción comprometidas. Y si bien no salieron todos los gerentes de las divisiones –como el de Gabriela Mistral-, es una noticia que aún está en desarrollo.
Publicado por La Segunda, viernes 3 de octubre de 2014.
A prueba de error
Ante la necesidad de acotar los costos de Chuquicamata, Pizarro ocupó la grúa. Levantó a Sergio Parada de la gerencia de desarrollo de Negocios Hidrometalúrgicos de Antofagasta Minerales (AMSA, del grupo Luksic) y lo colocó en la gerencia general de Chuquicamata.
Parada apenas llevaba tres meses en ese puesto. Hasta junio de este año ocupaba la gerencia general de Minera El Tesoro, pero ese cargo lo perdió tras la fusión de este yacimiento con Esperanza que dio vida a Minera Centinela, la que quedó bajo la gerencia general de André Sougarret, el mismo que estuvo a cargo del rescate de los 33 mineros.
Nacido en Collipulli, Parada entró a los 26 años a trabajar a Chuquicamata y estuvo allí por 18 años. Fue gerente Mina Sur de Codelco Norte y gerente general de Radomiro Tomic. En 2008 emigró a la gerencia general de Mantos Blancos (de Anglo American Chile) y luego pasó al grupo Luksic.
Fuentes sindicales señalan que su capacidad técnica es superior a la del actual gerente, Juan Carlos Avendaño, quien fue transferido a la gerencia general de Salvador. El “negro Avendaño” suscita el aprecio de una gran mayoría al interior de la empresa. Comenzó como capataz en Chuquicamata y logró seguir estudios superiores sacando civil en tres años. De ahí en adelante continuó con distintos diplomados y llegó a ocupar una gerencia tan compleja como la de Chuquicamata.
Ahora se hace cargo de Salvador, una división que puede cobrar nueva vida si prospera el proyecto Rajo Inca. Aunque Avendaño es definido como autoritario por los trabajadores, se cree que podrá mejorar no sólo la operación de la mina, sino también las relaciones laborales.
Y si Avendaño pasó a estar bajo la vicepresidencia de Operaciones Centro Sur, Mauricio Barraza se traslada desde Rancagua donde se desempeñaba como gerente de minas en El Teniente a la gerencia general de la división Radomiro Tomic.
Este ingeniero civil debería llevar al norte las prácticas aprendidas en El Teniente –la mina subterránea más grande del mundo-, división que ha obtenido muy buenos resultados productivos, que es lo que necesita con urgencia Radomiro Tomic.
El regreso de Caballero
Otro viejo crack que vuelve a las filas de Codelco, tras dos años en el sector privado, es Carlos Caballero quien se hace cargo de la gerencia general de la división Ministro Hales (DMH). Sus 17 años en la Fundición Chuquicamata, le dieron autoridad –una vez salido de la corporación- para criticar la gestión de Diego Hernández en Codelco. En el caso de las fundiciones se hizo “un cambio generacional que ha producido un quiebre fatal, especialmente en Chuquicamata”, señaló a la Revista Profesionales del Cobre.
Y quizás el motivo de su designación se deba a lo que en esa misma entrevista dijo: “DMH posee un material con características muy especiales (4% de arsénico) que hay que mirar como una oportunidad para las fundiciones” y no como un problema.
Al menos tres señales se dan con estos cambios. Pizarro está trayendo ejecutivos que conocen perfectamente las operaciones, por lo tanto, ya son fórmulas probadas. Sus nombramientos son técnicos y no políticos. Se trata de profesionales que han transitado por distintas divisiones e incluso tienen experiencia en el mundo privado, lo que les da cierta mirada transversal. La pregunta es si se logrará romper la cultura de gueto, es decir, que cada uno de los nuevos gerentes trabaje con los equipos ya existentes. La norma que suele darse es que los ejecutivos se trasladan con sus equipos de confianza. De hecho, el mismo Pizarro opera así y tiene su círculo de hierro.
Landerretche cerca al directorio
Oscar Landerretche estrenó un discurso que no sólo fue preparado para hacer frente a la opinión pública, sino para alinear las filas internas. “Cada familia chilena tiene $7 millones de Codelco… y cada familia chilena invertirá $500 mil en Codelco”, declaró el presidente de la estatal a la radio Duna. Así quiso resumir la responsabilidad de “custodios” que tienen los miembros del directorio.
La entrevista de la directora Laura Albornoz a El Mercurio donde cuestionó la gestión de Thomas Keller y la reprimenda pública que cuatro de sus pares –Marcos Buchi, Gerardo Jofré, Marcos Lima y Blas Tomic- le propinaron a través de una carta al director por ese mismo medio, pusieron a prueba el liderazgo de Landerretche. Ya que tanto la una como los otros pasaron por alto su vocería y ventilaron temas reservados.
Una mala señal para una plana ejecutiva, liderada por Nelson Pizarro, que recién había asumido el 1 de septiembre, en momentos en que la Cámara de Diputados discutía el proyecto de ley para la capitalización por US$ 4.000 millones de la minera, el que fue finalmente aprobado esta semana.
Luego que se revisaron los nombramientos propuestos por Pizarro, que fueron votados uno a uno, el directorio de 9 miembros quedó a solas, sin ningún ejecutivo presente. El resultado de esas horas de discusión fue la adopción de cuatro acuerdos.
Landerretche tendrá 45 días para elaborar una propuesta que eleve los estándares de conflictos de interés tanto de directores como de ejecutivos y trabajadores. Al tiempo que tiene el mismo plazo para citar a un directorio extraordinario que discuta “la auditoría de la auditoría interna” elaborada por la consultora Ernst and Young, la que era desconocida por la mayoría de los miembros del directorio. Y junto con ello, deberá entregar una propuesta de Reglamento Interno de Cabildeo, es decir, lobby.
El segundo acuerdo guarda relación con los gastos propios del directorio que tiene un presupuesto para el período octubre 2014 y septiembre de 2015 de US$ 1,16 millones. Entre las asignaciones se indican US$ 950 mil para remuneraciones, US$ 78 mil para comisiones de servicios en el exterior del presidente y US$ 72 mil para este mismo objetivo por parte de los directores con un tope de US$ 8.000 por integrante y sujetos a rendiciones.
El tercer acuerdo es el más extenso y consta de 4 páginas. En él se definen los derechos y deberes de cada director, y se reconoce la vocería del presidente del directorio. Asimismo, se obligan a informar sobre las reuniones que mantengan con terceros que representen intereses que puedan afectar la gestión social de la corporación.
Y por último, cualquier miembro del directorio que reciba recomendaciones o peticiones de contratación deberá cursarlas por escrito a la vicepresidencia de Recursos Humanos y se informarán al directorio. Con esto se pretende poner límites al pago de favores políticos.
¿Cambia Codelco con estas medidas? No necesariamente. ¿Se dan señales importantes? Todo hace suponer que sí.