- La situación de iliquidez que vivió el banco controlado por el grupo Saieh dejó como resultado una serie de reglas que los organismos reguladores ya implementaron o buscan concretar. El Banco Central lleva la batuta de los cambios.
La mayor herencia que dejará el grupo Saieh al sistema financiero es un cúmulo de nuevas normas regulatorias que hasta el segundo semestre de 2013 los organismos supervisores no habían mostrado mayor voluntad de ponerlas en práctica.
Las nuevas reglas que ya se implementaron y otras que están por venir surgieron a raíz de la crisis que vivió Corpbanca durante el segundo semestre del año pasado y que a esta altura está prácticamente olvidada porque el mercado espera con ansias el anuncio de una fusión con el banco brasileño Itaú.
Publicado por El Mostrador Mercados, martes 28 de enero de 2014.
El problema se vivió en el tercer trimestre cuando se hicieron evidentes los problemas financieros que vivía la cadena supermercadista SMU, la cual también controla el grupo Saieh, y los agentes temieron que el banco podría verse contagiado. La reacción fue casi inmediata y los inversionistas institucionales –fondos de pensiones y compañías de seguros- tendieron a retirar sus depósitos, en tanto que el costo de fondo del banco se encareció, es decir, a Corpbanca le costaba más caro obtener financiamiento a través de los préstamos interbancarios.
En palabras del Banco Central, “un banco enfrentó tasas desalineadas respecto de sus patrones históricos en el mercado mayorista de corto y largo plazo, y un menor turnover de sus depósitos en el mercado secundario, a pesar de su sólida posición de solvencia” (Informe de Estabilidad Financiera, Segundo Semestre de 2013). Y agrega que “el alza en el costo de financiamiento, se produjo por la menor demanda de algunos inversionistas institucionales por los papeles de este banco debido a las preocupaciones sobre la situación financiera que atravesaba su grupo controlador”.
Para hacer frente a esta situación, Corpbanca declaró a sus inversionistas el 5 de noviembre, que: “Durante el 3Q 2013 el banco vendió $ 487.7 billones (US$ 961 millones) en préstamos corporativos en Chile para fortalecer su liquidez”.
Cuatro focos de acción
De las lecciones que sacaron los organismos supervisores, hubo algunas normas que concretaron a los pocos meses. La Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif) que estaba en conocimiento de las operaciones entre partes relacionadas que había realizado Corpbanca desde 2012, publicó en noviembre de 2013 una serie de artículos que complementaban la norma sobre deudores relacionados con entidades bancarias. En términos simples, la Sbif aumentó el número de situaciones donde se puede presumir que un crédito ha sido conferido a partes relacionadas, tanto por propiedad o gestión.
De esta manera, “la fórmula Saieh” como el presidente Sebastián Piñera calificó en la radio BioBio la constitución de un Fondo de Inversión Privado (FIP) con el fin único de financiar a SMU, donde parte importante del capital era aportado a través de un crédito de Corpbanca, ya no es posible realizar sin violar la letra de la ley.
También en noviembre y con menos publicidad, la Sbif publicó cambios en su normativa sobre supervisión de gestión y solvencia, la cual incorporaba nuevos lineamientos para fortalecer el rol de los gobiernos corporativos de los bancos, principalmente en la gestión y administración de riesgos.
Se enfatizó además, el papel del directorio como órgano colegiado encargado de la administración del banco y definió lineamientos respecto de las características de los comités de apoyo. En el fondo, le quedó claro a los directores que no pueden ser elementos decorativos, sino que deben ejercer con propiedad su función de velar por los intereses de todos los accionistas y del sistema.
Sobre lo que viene, ya está claro que el Banco Central evalúa nuevas normas de liquidez que apuntan a aumentar la diversidad de fuentes de financiamiento con el fin de disminuir la volatilidad que provoca una excesiva dependencia de agentes mayoristas.
Y no contento con esto, reeditó la discusión sobre la necesidad de la supervisión de conglomerados financieros que fue ampliamente debatida hace más de una década y que dormía el sueño de los justos hasta ahora.
En el último Informe de Estabilidad Financiera le dedica cuatro páginas y parte definiéndolo como “cualquier grupo de compañías bajo control o influencia dominante común, incluyendo cualquier holding financiero que mantenga actividad financiera material en al menos dos de los sectores financieros regulados de banca, seguros o valores. El grupo Saieh estaba presente en todos estos sectores, tal como lo están otros grupos empresariales como el grupo Luksic o Yarur.
De hecho, el Central identifica 15 conglomerados que en 2011 concentraban el 83% de los activos del sistema bancario, el 72% de los fondos de pensiones, el 58% de los activos de las compañías de seguros y el 77% de la cartera de tarjetas de crédito no bancarias.
En Chile existe la supervisión sectorial que tiende a tener cierta coordinación a través del Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) que se creó en 2011, integrado por el ministro de Hacienda, los superintendentes de Valores y Seguros, de Bancos e Instituciones Financieras y de Pensiones; y donde el presidente del Banco Central actúa como invitado.
Sin embargo, el instituto emisor ha planteado la necesidad de mejorar la supervisión y si bien describe tres caminos, claramente se inclina por limitar la estructura corporativa de los conglomerados. Es decir, que las entidades financieras se separen completamente de las entidades reales en un conglomerado mixto y que las empresas asociadas a cada una de las líneas del negocio financiero (banca, seguros, valores, y pensiones, entre otros) estén también separadas entre sí.
Lo que está bastante claro es que el Banco Central hará todo lo posible para que no vuelva a suceder un episodio como el que se dio con Corpbanca durante el tercer trimestre de 2013. Si hasta ese momento se veía difícil la posibilidad de una corrida bancaria, esos meses demostraron que evidentemente se vivió en peligro. También está medianamente claro que dado el cambio de gobierno y la poca memoria histórica que hay en este país, le corresponde al Central persistir en esta idea, pues las nuevas autoridades tendrán agendadas otras prioridades.
Nota: Este análisis se realiza sobre la base de documentación pública informada por el Banco Central y Corpbanca.