Ese malentendido cultural – tal como sucedió con las camas muy duras- fue rápidamente correrregido. Pero la tensión entre el corazón sueco de este retail y sus puntos de venta fuera de sus fronteras continúan.
La última demostración de ello se produjo la semana pasada cuando fiscales franceses pusieron a la compañía y a dos de sus ejecutivos top en el país bajo investigación formal por espionaje.
Fundada en la pequeña ciudad de Almhut en la provincia conocida como el cinturón de la Biblia de Suecia, Ikea ha mantenido una cultura fuertemente enraizada en temas morales. Los co-trabjadores, como Ikea llama a su equipo, son reclutados fijándose principalmente en sus valores y creencias más que en sus habilidades y experiencia.
La cultura ha contribuido a transformar a Ikea en lo que es hoy, pero hay ciertas dudas sobre la capacidad de esta retail de mantenerla intacta en la medida que se expande a cada vez más países
Lea este artículo en Financial Times, viernes 29 de noviembre de 2013.