El turismo de la pobreza, también denominado pobrismo, se está convirtiendo en uno de los últimos y más polémicos reclamos que las agencias de viajes de lujo utilizan para atraer al turismo de más alto standing. La moda de las visitas guiadas a los epicentros de la miseria no ha parado de crecer, abarcando desde las favelas de Río de Janeiro, con sus narcotraficantes y pandilleros, hasta las estaciones indias de Bombay o Nueva Delhi, pobladas de niños huérfanos o abandonados. Degradación moral para unos y simple voyeurismopara otros, el pobrismo ha derivado de la “experiencia” de ver a los pobres a la de vivir como ellos.
Una de las primeras agencias que se ha lanzado a ofertar estas “experiencias vitales únicas” es Emoya Luxury Hotel and Spa, que ha construido una imitación del típico poblado chabolista de Sudáfrica con 52 plazas. En el denominadoShanty Town todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. Viejas chapas de colores cubren la caseta, las velas aportan la luz, el baño está en el exterior, el fuego está todo el día encendido y la radio funciona con pilas.
Publicado porConfidencial, domingo 8 de diciembre de 2013.