- Ejecutivo da tres señales en un día de que está dispuesto a “lograr una reforma amigable para que las empresas puedan desarrollarse”, sin cambiar la carga tributaria ni quién paga. ¿La cuadratura del círculo?
La señal es clara y vino de tres frentes distintos casi al mismo tiempo. El gobierno está abierto a simplificar y perfeccionar la reforma tributaria, pero bajo las siguientes restricciones: “Primera, no se va a recaudar menos; y segunda, no vamos a abrir una discusión sobre las tasas de impuestos que vienen”, diría en el transcurso de su exposición el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, a su salida de la Comisión Política en La Moneda.
Para quienes quieren ver el vaso medio vacío, ahondó diciendo: no se hará algo nuevo, ni cambiarán las tasas, ni quién paga, ni la carga tributaria ni ninguna de las cosas sustanciales.
Entonces ¿qué es lo que ha cambiado? Lo interesante del debate de ayer fue que tanto la Presidenta Bachelet como su ministro de Hacienda se mostraron abiertos a abrir un diálogo que se creía cerrado. En pos de lograr “una reforma amigable para que las empresas puedan desarrollarse”, explicó Valdés.