- Las estadísticas revelan que las importaciones de bienes de capital entre el 1 y el 23 de mayo llegaron al nivel más bajo del año con US$ 534 millones. Una cifra similar se encuentra en igual período de 2010 cuando se vivía el impacto del terremoto.
- En la minuta de la reunión del 14 de mayo que ayer se publicó, un consejero indicó que: “A su juicio, el país había hecho los ajustes necesarios tanto en precios relativos como en cuenta corriente, en un escenario externo que no se percibía como negativo. Esto ilustraba lo clave que era recomponer las expectativas para acelerar más la actividad y el gasto”.
Publicado por El Mostrador Mercados, martes 2 de junio de 2015.
Las expectativas son claves. La minuta del Banco Central que resume el tenor de las conversaciones que se dieron en la última reunión del Consejo, la cual se realizó el 14 de mayo, así lo revelan. No es menor que a ese encuentro asistiera por primera vez en calidad de ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, a tres días de haber sido designado por la presidenta Michelle Bachelet a ese cargo.
Pero más importante que la presencia de Valdés es el punto que un consejero levantó y que la minuta cita de la siguiente manera: “A su juicio, el país había hecho los ajustes necesarios tanto en precios relativos como en cuenta corriente, en un escenario externo que no se percibía como negativo. Esto ilustraba lo clave que era recomponer las expectativas para acelerar más la actividad y el gasto”.
Si esto no era suficientemente claro respecto al papel que a los actores de la política económica le cabe en la recuperación, las reflexiones siguientes que a juzgar por la redacción corresponderían a otro consejero fueron más transparentes aún: “En su opinión, en el último tiempo se había enfatizado la importancia de una mejora de las expectativas de empresas y hogares para afianzar un escenario de mayor crecimiento y, si bien no era posible determinar con exactitud qué y cómo se determinaban estas expectativas, era necesario evaluar cómo el tono del debate público, incluido los ajustes ministeriales, podían estar modificándolos” (el subrayado es de este medio).
O sea, los consejeros del Banco Central no sólo revisaron las cifras macroeconómicas, sino que también bajaron a tierra. Algo raro tratándose de una instancia tan formal como un consejo del instituto emisor, que suele caracterizarse por su asepsia en materia de política contingente.
En todo caso la respuesta a la duda del consejero se la dio ayer la última encuesta Cadem. El rechazo a la gestión de Bachelet volvió a subir a 62%, seis puntos más que la semana anterior, período en que la percepción había mejorado tras el cambio de gabinete. Si a esto se suman otros indicadores de la realidad económica, el Central tiene razones para estar preocupado.
¿Dónde se quedaron?
Una señal de alarma es lo ocurrido entre el 1 y el 23 de mayo con la importación de bienes de capital que ascendió a US$ 534 millones –la más baja del año-, lo que retrotrae a la economía al mismo período del 2010 –posterior al terremoto- cuando se llegó a US$ 526 millones. Hay cifras peores, las tres primeras semanas de 2009 en que se compraron US$ 354 millones, pero allí se pasaba por plena crisis subprime.
Quizás las cifras más deterioradas de este año se pueden deber a que el ambiente de Aduanas ya estaba enrarecido, lo que terminó en un paro hacia fines de mes. En la tercera semana de mayo sólo se importaron US$ 18 millones en bienes de capital.
Los economistas suelen anticipar el ritmo de la actividad económica siguiendo el aumento o baja de las compras de bienes de capital que se destinan, generalmente, a inversiones. Un concepto que en el último tiempo está en la retórica de las políticas públicas, pero que con dificultad se concreta en fierros y en hormigón.
La Corporación de Bienes de Capital informa que al primer trimestre de 2015, las inversiones públicas y privadas previstas para el período 2015-2019 ascendían a cerca de US$79,5 mil millones. Es decir, 10,9% menos que lo catastrado el primer trimestre del 2014. Y la cifra no arroja una baja mayor por el hecho de que el sector público aumentó en 5,1% sus proyectos para el período.
Pese a estas señales, hay consenso entre los especialistas que las cifras confirman una leve recuperación de la economía debido a un incremento de las exportaciones y al impulso fiscal.
Informes de Euroamerica y de BBVA resaltaron ayer que la inversión pública anotó una expansión en abril de 11,5%. No obstante, titulan de distinta manera a la hora de tratar el gasto fiscal que creció 4% real en abril, lo que contrasta con el 11,8% en marzo. Para Euroamerica es una pérdida de vigor, aunque mantiene la proyección de expansión de 9,4% en el año. En cambio, para el BBVA, esta desaceleración obedecería a efectos puntuales en el ítem gasto que no deberían repetirse en el año. Si se excluyen las prestaciones previsionales, “el gasto total creció 10,4% real en abril manteniendo el alto ritmo del 2015”, destaca.
Con el impulso fiscal a toda máquina –acumula un incremento de 8,6% en el año-, la velocidad alcanzada sigue siendo lenta. Las cuentas nacionales reflejan al primer trimestre de 2015 una expansión anual de la actividad agregada de 2,4% en el período.
De la minuta del Banco Central se desprende, que durante la primera quincena de mayo era improcedente pensar en una nueva baja de tasas debido a la persistencia de la inflación sobre el rango meta (3% a dos años) y se reitera que hacia fines de año o principios del próximo se debería empezar a evaluar una normalización monetaria.
En abril, la variación mensual de precios llegó a 0,58% por sobre las expectativas del mercado. El Informe Económico Mensual de mayo, realizado por Forecast Consultores y Asociados, estima que la tasa de inflación en los meses de mayo y junio podría situarse en 0,27% y 0,32%, respectivamente, “mientras que para fines de año esperamos que la tasa de inflación anual converja a un 4,1%. Cabe notar que esta proyección se encuentra por sobre los forwards de inflación vigentes al cierre del mes de mayo”.
Mañana miércoles, el Banco Central tiene previsto dar a conocer el Informe de Política Monetaria (IPOM) y el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) de junio, lo que viene seguido de una serie de intervenciones tanto del presidente del Banco Central como de los consejeros, señales que el mercado aguarda con cierta ansiedad ya que se supone que el instituto emisor a esta altura del año tiene mejor calibrada la marcha de la economía.