Reforma Tributaria: Los últimos pataleos que dan el oficialismo y la oposición en Hacienda

  • Si la diferencia mayor está en poner límites o no a la reinversión de utilidades, hay otros puntos en que ya habría acuerdo como son las normas anti-elusión, las reglas CFC y el controlar el endeudamiento en exceso en el extranjero.

Los titulares de los diarios se han centrado en la reinversión de utilidades como el principal punto de debate entre los técnicos de la Oposición y Hacienda, pero también entre los parlamentarios de la Nueva Mayoría y Hacienda.

Desde el primer día se supo que plasmar en indicaciones lo acordado en el Protocolo de Entendimiento, no sería fácil, sobre todo cuando hay que ponerse de acuerdo sobre qué significa en lo concreto terminar con los mecanismos de elusión que giran en torno al Fondo de Utilidades Tributables (FUT). En simple, lo que para algunos son maniobras para pagar menos impuestos, para otros son mecánicas que incentivan la inversión y el ahorro.

Las negociaciones avanzan a nivel de mesa técnica, pero “lentamente”. Si por lento se entiende algo tan discutible como que las conversaciones que iban a estar cerradas el sábado según la carta gantt de Hacienda, ahora se han extendido hasta esta semana.

La metodología empleada por el gobierno es tratar de acordar un marco conceptual y luego analizar el articulado. Nadie, salvo algunos “elegidos” en Hacienda, cuenta con un borrador de las indicaciones. Quienes han estado en esos encuentros señalan que el equipo del ministro Alberto Arenas presenta un planteamiento sobre el tenor de las indicaciones, el que es debatido por los distintos sectores. Se trabaja en base a sinopsis o “cortos” de una película, pero hasta el minuto no se ha visto la película completa.

En eso han estado las últimas tres sesiones: definiendo la operatoria de un sistema que implicará la desintegración parcial del crédito –que operará en paralelo al de renta atribuida- , ya que cuando se retiren las utilidades reinvertidas sólo tendrán derecho a un crédito de 65% en el Global Complementario o Adicional. La pregunta de fondo es cuándo pasa a ser elusivo el diferimiento de impuestos. También se trata de evitar el riesgo de que la interacción entre el sistema de renta atribuida y el de renta devengada parcialmente integrada genere planificaciones tributarias agresivas con el único objeto de no pagar impuestos.

Si el domingo en la tarde las diferencias entre la derecha y el equipo de Hacienda parecían haberse limado, el descontento prosperó las horas siguientes con los senadores de la Nueva Mayoría, Ricardo Lagos Weber y Carlos Montes, porque no les gustó el curso que tomaron las conversaciones.

Así lo hizo ver ayer a través de CNN, el senador Montes quien fue tajante al reiterar que él buscaba que las utilidades no se puedan reinvertir en cualquier tipo de activo; que se definan plazos límites para diferir el pago de impuestos; y que si dichas reinversiones se utilizaban fuera de las fronteras, antes de que ello ocurriera se pagara el respectivo impuesto. Lo que en simple quiere el parlamentario socialista es que el segmento de más altos ingresos pague el 35% de impuesto y ni un peso menos, sea cual sea el sistema tributario que elija (atribuido o percibido).

Todos puntos que los socialistas levantaron desde el primer día de firmado el Protocolo de Entendimiento y que el gobierno sabía que iba a ser un hueso duro de roer. De hecho, Montes lo dejó claramente expresado cuando aprobó la idea de legislar el proyecto de Reforma Tributaria.

Sin embargo, la derecha señala que las banderas levantadas por el oficialismo no responden al espíritu del Protocolo de Entendimiento, pues se busca poner límites al concepto de ahorro e inversión y que eso está fuera de discusión. A lo que el senador Montes contestó por televisión que: “Sobre estos temas no hay nada en el protocolo…, ni en un sentido ni en el otro”. No obstante, en el Senado ven a Hacienda más proclive a aceptar la reinversión de utilidades sin discriminar en plazos ni en tipos de activos y ante esta realidad están tratando de buscar otra solución al impasse. De hecho, senadores de la Nueva Mayoría tenían previsto reunirse nuevamente en Teatinos 120 ayer, lunes en la noche.

Contra reloj

Los plazos, en todo caso, están acotados. Este jueves 7 se deben entregar las indicaciones para que la semana siguiente se vote en particular en la comisión de Hacienda del Senado y la que viene en sala. Es probable que los técnicos de los senadores soliciten algo más de plazo para estudiar las indicaciones que en su gran mayoría tendrán por primera vez en sus manos para revisar si cumplen con el espíritu de lo que ellos creen fue el acuerdo y si las indicaciones concuerdan entre sí. Es decir, que el tinglado no sólo quede armado, sino bien armado.

No hay mucho espacio para esta revisión –a lo sumo dos días- porque luego los senadores tienen semana de trabajo en sus respectivas circunscripciones y es altamente improbable que el Senado apruebe postergarla porque tendría que hacerlo con cargo al receso de septiembre. Además, se cuenta con que el 4 de septiembre el proyecto reingrese a la Cámara de Diputados.

Los consensos… hasta ahora

En todo caso, ya hay puntos de acuerdo importantes. Las normas generales antielusión que dan nuevas prerrogativas al Servicio de Impuestos Internos (SII) están prácticamente acordadas. Fuentes estiman que con ellas las planificaciones tributarias agresivas perderán asidero legal tras la Reforma Tributaria.

Lo mismo ocurre con el endeudamiento en el extranjero en exceso. Si bien en la actualidad se permitía tener una relación deuda capital de 1:3, en los hechos muchas veces se traspasaba ese límite y en vez de sacar las utilidades vía dividendos, se hacía vía intereses. Tras la aprobación del proyecto, se estima que será inviable usar este tipo de mecánicas.

El otro punto que está prácticamente consensuado, aunque algunas fuentes indican que faltan ciertos detalles, se refiere a las reglas sobre Compañías Extranjeras Controladas (CFC), a través de las cuales se establece que determinadas rentas (pasivas) obtenidas por compañías extranjeras que son controladas por contribuyentes residentes para efectos impositivos en Chile, deberán pagar impuestos en nuestro país al momento en que estos se devenguen. En la actualidad, se paga impuesto sólo cuando se distribuyen las rentas que se generan en el extranjero y que reingresan al país.

A lo que se suma que van a haber cambios relevantes en lo que Hacienda define como “Paraísos Fiscales o Regímenes Preferenciales Nocivos”, puesto que habría convenios en marcha con países considerados paraísos fiscales que han accedido al intercambio de información, lo que significa que una vez aprobados por los respectivos congresos, dejarían de estar en el listado que data de 2003.

En definitiva, es cierto que las negociaciones tendieron a desacelerarse, pero también es verdad que se llegó al punto más denso de la Reforma Tributaria que es el debate acerca de la construcción de un sistema nuevo sobre el cual no hay evidencia empírica a la que echar mano. Los distintos actores también saben que cuentan con pocas horas para el pataleo final y en eso están.