El grupo de adultos mayores del taller de tango de La Florida se mantiene comunicado. A través del WhatsApp comparten memes, información y buenos deseos. Algún que otro video de tango también. “No pasan más allá. Los chilenos somos así”, comenta Rodolfo Navarro, su profesor. Durante el mes que conversamos, hubo días que lo noté muy frustrado. “Yo les digo que si alguien tiene problemas que lo diga, que entre todos nos apoyamos… Nadie dice nada”. Este es el artículo que se publicó en el diario La Segunda.
“Critican al alcalde Rodolfo Carter porque aparece en los matinales. Lo critican porque sí y porque no. “¡Que cómo se le ocurre repartir pollos!” Pero si hace como 8 años que inventó el “Pollito al velador”. Coloca una cama y un velador en un escenario, suben 10 o 20 viejitas con su receta y el alcalde elige la mejor. Participan un montón de organizaciones de adultos mayores y a todas les llega su pollo para que puedan compartir.
Es bien inquieto este alcalde. Se trajo a la Andrea Molina para que le organizara la “Alcaldía del Cariño”. Yo hablé con ella para ver si podíamos hacer un taller de Tangoterapia. Me dijo que no, que lo que ellos hacían era prestar atención personalizada a los vecinos que se sentían solos o sufrían algún duelo y lo mío es grupal.
La mamá del alcalde, la Glorita Fernández, quedó viuda siendo bien joven. Siempre nos topamos en los eventos para fiestas de adulto mayor o en los días de la Tercera Edad. A nosotros nos llaman para bailar tango o cueca. También aparece por las juntas de vecinos, a veces lleva una tortita. Le gusta compartir y conversar con la gente. No tiene un cargo en la municipalidad, pero es la mamá del alcalde y lo apoya.
Un día estábamos en una junta de vecinos y ella me dijo: “Profe, bailemos un ratito… Hágame algunos pasos que algo sé”. ¡Y le pega bastante, la señora! Puede haber mil personas en el Estadio Municipal y las saluda una por una. Todos la conocen. Tiene dos hijos en política. Son UDI. Su otro hijo, Álvaro Carter, salió diputado hace poco. Yo lo apoyé en su campaña y han estado en mi casa.
Dos veces me han tratado de estafar por teléfono. La última vez quedé tiritando, me dijeron que tenían raptada a mi nieta chica y juro que la oí llorar. Eran las 6 de la mañana y tenía que depositar $2 millones. Me puse muy nervioso. No sé por qué llamé a la mamá del alcalde, me dijo que no me preocupara que era una estafa telefónica. Me volvieron a llamar para cobrarme y les contesté que no tenía.
“Tenemos a nuestros hijos de allegados”
Me entero de muchas cosas a través de los grupos de WhatsApp… de los asaltos, de lo que el alcalde está organizando, de lo que piensan mis alumnos. En algunos estoy metido de intruso no más, así me mantengo informado.
Veo difícil que a mi villa, la Cooperativa 21 de Mayo, le lleguen cajas de alimentos. Nuestras casas son sólidas, pero puertas adentro hay cesantía como en todas partes. Tenemos a nuestros hijos de allegados. Mi hija sicóloga recién en marzo terminó de construir su casa en Pirque, después de 20 años de casada. Las dos hijas que viven conmigo, una trabaja en la municipalidad y la otra, en un call center, cada una tiene su departamentito en mi terreno, pero no son propietarias. La mayoría de mis vecinos viven esta realidad.
Tengo un yerno que es camionero. El otro trabaja en Senda y el tercero arregla celulares en Providencia. Mi hijo es comerciante. Trae llantas, neumáticos y repuestos. Su señora trabaja en 10 de julio. Ese se mueve y nunca le falta. El día en que quedemos sin trabajo, caemos de un viaje
No me gustó la respuesta
Hay como 200 clubes de adultos mayores en La Florida. Cubrirlos a todos es difícil. Cuando venga la etapa de la recuperación se va a necesitar mucho trabajo social. Nosotros podemos hacer un aporte, pero no nos dejan. Piensan que estamos out.
Yo hago mi taller de tango en el Club Vive, al lado del Hospital de La Florida. Ahora se llama Espacio Dignidad. El alcalde mandó a hacer cubículos y puso camas. Así desocupan antes las ambulancias que van llegando. Uno se angustia al ver las ambulancias paradas frente a los hospitales. Debe ser terrible para los familiares.
Yo sé que mi taller de tango ayuda. Los viejitos apenas mueven los pies, les cuesta hacer los ejercicios, pero poco a poco se van entregando. Me llaman “profe” y confían en mí. Tengo 55 alumnos y hago la clase con micrófono. Me cuentan que a una se le murió el gatito, que otro fue al médico… Por eso le llamo Tangoterapia al taller. Algunos tienen Alzheimer, se olvidan de los pasos y debemos repetir. Se pueden olvidar del papá, de la mujer, o de los hijos, pero les sigue gustando la música.
Cualquiera se conformaría con tener un centro de eventos para el adulto mayor como el mío o con mi taller de Tangoterapia en la municipalidad, pero yo no, yo quiero llegar a más personas.
Le mandé una carta a la Primera Dama, a la Cecilia Morel. Le propuse para su programa del “Adulto Mejor” formar monitores de cueca y de tango para los viejitos. Hace como cinco meses que le escribí. Yo nunca pensé que me iba a contestar, ¡y me contestó! Pero no me gustó la respuesta. Me mandaron al Senama. Fui al Senama. Y tampoco me gustó lo que me dijeron. Tengo que postular un proyecto, ¡pero yo no ando detrás de financiamiento! Se lo propuse al departamento del adulto mayor de la municipalidad…, los papeles deben estar en un cajón.
Armé unos focos, un escenario y grabé varios videos para hacer clases online de tango. No quedé conforme. Le hablaba al aire, no veía a mis viejitos. Resulta muy frío. Quizás lo retome en unos días más.
Publicado por el diario La Segunda, miércoles 8 de julio de 2020