- El más desconocido del gabinete, Víctor Osorio no tiene casa, ni auto ni ahorros. Recién el año pasado abrió una cuenta corriente en el Banco Estado para que le depositaran su sueldo. En sus manos está el 53% de las tierras de Chile.
Publicado por La Segunda, jueves 23 de abril de 2015.
No tiene casa, ni auto, ni ahorros. Cada uno de los ítems de la declaración de patrimonio del ministro de Bienes Nacionales está rellena con una línea punteada. Víctor Osorio (49 años) tiene a su cargo la administración del 53% del territorio del país y no tiene nada.
“Es mi opción por la austeridad”, dice en un tono plano que mantiene durante toda la entrevista en su oficina del ministerio ubicado en Alameda esquina Santa Rosa. “En un mundo caracterizado por la acumulación de bienes y la cacería del dinero, no me parece tan extraño que yo llame la atención”.
Recién el año pasado dice haber abierto una cuenta corriente en el Banco Estado para facilitar el depósito de “mis ingresos”, unos $7,4 millones mensuales brutos de acuerdo a Gobierno Transparente.
Tan austero como sus cifras de popularidad. De acuerdo a la última encuesta de evaluación de gestión de Gobierno correspondiente a marzo, realizada por GFK Adimark, sólo el 21% de los entrevistados lo identifica o ha oído hablar de él, lo que lo coloca como el menos conocido de los ministros del gabinete. El promedio del gabinete se ubica en torno a 50%, aunque hay colegas que son de tan bajo perfil como Osorio.
La otra historia
El dice que esta falta de interés por los bienes privados se debe a sus opción por el servicio social y a sus orígenes. Su padre fue un obrero calificado de la construcción y su madre llegó de Bartolomé de las Casas a Santiago para trabajar como empleada doméstica. “Aquí conoció a mi padre”.
Todavía tiene un papelito encima de su escritorio que le recuerda cuando “la Fundación Margarita Pozo y el Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular me entregaron un reconocimiento porque asumieron que era el único ministro hijo de una trabajadora de casa particular, lo que me llena de orgullo”.
Se pone quisquilloso cuando se le pregunta por una columna que escribió de niño donde indicaba que el marxismo era el Anticristo, un juicio que llama la atención teniendo en cuenta que él militó en la Izquierda Cristiana y actualmente, representa a la Izquierda Ciudadana.
Sólo cuando se pregunta un poco más sobre esa columna, sale la otra historia, la de una familia de Maipú que apoyó el golpe militar y al régimen de Pinochet, y de su distanciamiento cuando se acercó a la Iglesia, lo que le costó romper relaciones con sus padres y dejar su casa.
“No había terminado los estudios secundarios ni tenía posibilidad de obtener un trabajo, pero mi padre me colocó en la disyuntiva de abandonar la política o la casa y opté por lo segundo. Fue muy duro”, reconoce.
Quizás por eso recuerda todavía con fervor sus años de dirigente secundario y flacuchento a mediados de los ochenta, período que fue rescatado por el documental “Actores Secundarios” . Sentado en su oficina dice que salió a la “calle durante la Primera Marcha del Hambre, en agosto de 1982, en el centro de Santiago… Me golpeó un carabinero en diciembre de ese año, en la Segunda Marcha del Hambre. En 1983 comencé a participar en el movimiento secundario, empecé a militar y todo esto da cuenta que yo fui un opositor público y notorio al régimen militar”.
Más adelante, ya como estudiante de periodismo de la Universidad Pedro de Valdivia escribió un libro junto a Iván Cabezas que se publicó en 1995, titulado “Los Hijos de Pinochet”, una serie de biografías de personajes principales del gobierno del general. Sin embargo, cuando se le recuerda ese libro, no parece muy entusiasmado.
“Tenía un propósito periodístico, pero no quería inducir a una conclusión política”, señala cauto.
-Ahí se hablaba de Julio Ponce y de la forma en que se apropió de miles de hectáreas en la Conaf y de su paso por Soquimich con bastante detalle. Uno no escribe sin que le quede nada, eso no es real.
-Yo tenía la convicción que poner fin a la dictadura era un propósito justo y legítimo. Esa es una conclusión previa a la publicación de ese libro, dice.
A esa altura, Osorio sabía que no le gustaba el curso que había tomado la democracia. “Fui crítico al carácter de la transición que se abrió en 1990 y no me sentí parte de la Concertación. Y también debo decirle que me marcó el hecho de sumarme a la Nueva Mayoría con la idea de construir un Chile de Todos que formó la presidenta Michelle Bachelet”. De ahí en adelante, el ministro Osorio no se descuadra del discurso oficial.
-¿Cómo ve esa izquierda el proceso que vive Chile con el enjuiciamiento de la sociedad y no tolerancia a temas como Caval o Penta?
-Yo no tengo una opinión distinta a la del gobierno de Chile o a la de la Presidenta Bachelet.
La cuenta en metros
Al minuto de esta entrevista, el equipo de Víctor Osorio estaba preparando la cuenta pública de su primer año. La coyuntura política y los desastres naturales se llevaron el poco espacio que los medios de comunicación le iban a dedicar a ese sector.
El ministro no es bueno para los números. Cada vez que se le pregunta por una cifra, recurre a sus papeles.
Lo primero que salta a la vista es que si el gobierno de Piñera hablaba en hectáreas, éste habla en metros. Sobre el plan de la administración pasada de licitar 7 mil hectáreas y 13 mil hectáreas en concesiones, Osorio confirma que “lo dejamos sin efecto”. Más adelante, explica a través de un slogan que la visión que tiene de su cartera: “Queremos transitar de una inmobiliaria fiscal a un ministerio ciudadano”.
Eso se traduce que en su cuenta pública haya informado la entrega de 466 millones de metros cuadrados de territorio fiscal a las comunidades indígenas de Toconce y Gaspana en la Región de Antofagasta. Esa entrega fue prácticamente lo único que se hizo el año pasado en este plano.
No hubo regularización de títulos de tierras fiscales ocupadas por comunidades indígenas, ese objetivo quedó pendiente para este año que se espera que al menos el 70% de las solicitudes ingresadas en 2014 queden respondidas.
También implicó que Bienes Nacionales se pusiera al servicio del Ministerio de Energía, lo que pasó por el otorgamiento de más de 232 millones de metros cuadrados para el desarrollo de Energía Renovable No Convencionales.
Las cifras continúan respecto a terrenos otorgados para salas cunas, jardines infantiles, inmuebles para JUNJI y Fundación Integra y Comisarías de Carabineros. Otros 344 inmuebles fiscales entregados a clubes deportivos, juntas de vecinos, bomberos, ONGs, a los que se suman 57 inmuebles para diversas organizaciones religiosas. Entre las que figura la Fundación Margarita Pozo que agrupa a ex trabajadoras de casa particular, Acción Gay, la Corporación de Mujeres Líderes para Chile, el Club Andino Rancagua, la CUT, la ANEF, el Consejo de Unidades Pastorales de la Iglesia Evangélica y la Fundación Hogar de Cristo, entre otros.
Sin embargo, lo que se deduce de las palabras del ministro es que en lo que respecta a la Infraestructura Nacional de Datos Geoespaciales de Chile que era una de las iniciativas que el gobierno de Piñera lanzó con bombos y platillos, está a medio andar porque todavía discutirían la forma de levantar la información territorial. Es decir, a esta altura en Chile no hay un organismo que reúna todo los datos en una sola base de datos.
Si alguien tuviera que apostar hacia dónde va este ministerio para el 2015, lo más probable es que seguirá con las fiscalizaciones, con las entregas de títulos de dominio, de centros comunitarios, de terrenos…, es el ministerio de las pequeñas cosas.
RESPECTO A LA VALORIZACION DE LOS ACTIVOS FISCALES:
“La respuesta general califica para todo”
El otro objetivo que fijó la Contraloría de Ramiro Mendoza es echar a andar las Normas Internacionales de Contabilidad para el Sector Público (cuya sigla es NICSP) para 222 servicios públicos que es el equivalente de las IFRS para las empresas privadas, esto pasa por inventariar los bienes públicos y asignarle un valor.
-¿Cuándo podrá entregar el valor del patrimonio fiscal?
-¿Con fecha?
-Sí, por supuesto. Contraloría quiere tener a los servicios bajo esta norma en enero 2016.
-Está planteado para el marco de este año. Sabemos con certeza que la propiedad fiscal es el 53,2% de la superficie del territorio nacional que asciende a 40 millones de hectáreas, de los cuales 36,5% son áreas protegidas por el Estado.
-De acuerdo a las normas contables, hay que darles un valor. ¿Cuánto vale eso?
-Es un desafío que debemos emprender.
-¿Cuánta gente está trabajando en ello?
-Puede parecer una obviedad, pero el ministerio está organizado para resolver estos desafíos.
-¿Con qué problemas o desafíos se han encontrado?
-¿Le puedo dar una respuesta más general?
-La verdad es que quiero algo más específico que general.
-Es que la respuesta general califica para todo. Me parece que hay un problema extremadamente complejo que es que la modernización del Estado es una tarea inacabada y queremos colaborar a través de los cambios normativos con la idea de desburocratizar.