- El proyecto que se discute en el Congreso elimina la posibilidad de que las contribuciones sean usadas como crédito al Impuesto de Primera Categoría, lo que afectaría el flujo de las inmobiliarias dedicadas a la explotación de centros comerciales y otros negocios de arriendo.
Sacando las cuentas están los dueños de los malls, centros comerciales y strip centers del país. No sólo ellos, también las empresas de leasing inmobiliarios, los fondos inmobiliarios y las compañías de seguros que tienen muchas inversiones en activos inmobiliarios.
¿La razón? El proyecto de Reforma Tributaria que se discute en el Congreso contempla que las contribuciones –o impuesto territorial– ya no son un crédito contra el Impuesto de Primera Categoría.
Publicado por El Mostrador Mercados, viernes 11 de abril de 2014.
Para explicar esta medida, el proyecto indica lo siguiente: “La legislación actual permite que las empresas agrícolas e inmobiliarias rebajen del impuesto a la renta las contribuciones pagadas el año anterior. También posibilita que muchas empresas de otros sectores económicos rebajen las contribuciones, simulando contratos de arriendo con una empresa inmobiliaria relacionada, que es la propietaria de los bienes raíces que utilizan. En razón de lo anterior el proyecto de ley elimina este crédito para las empresas inmobiliarias”.
En 1998 hubo un primer intento de que las contribuciones no se pudieran imputar contra el Impuesto de Primera Categoría, pero se dejó fuera de esta norma a las sociedades inmobiliarias. Una fuente de una auditora señala que se optó por aislar a las inmobiliarias porque había una serie de malls en plena construcción y se afectaban grandes intereses. Cuatro años después, en 2002, se volvió a legislar y se definió que el pago de contribuciones nuevamente se podía usar como crédito por todas las sociedades.
Para hacerse una idea, digamos que un banco grande que tiene leasinginmobiliario paga, en general, alrededor de $10 mil millones en impuesto territorial, y uno chico –según fuentes de mercado– acumula un gasto de $1.000 millones. De acuerdo a una presentación del Grupo Plaza, por 10 centros comerciales que tenía en 2010 pagó en contribuciones $ 5.590 millones.
Las inmobiliarias que explotan centros comerciales pagan las contribuciones, pero este gasto es traspasado al arrendatario de los locales a través de los gastos comunes. Lo mismo ocurre con los bancos que poseen leasing inmobiliario, pues hacen cancelar las contribuciones al arrendatario del bien, pero este pago es utilizado como crédito por la entidad financiera, puesto que es ella la que figura como dueña de dicho bien.
Desde el momento en que el dueño del inmueble ya no pueda usar el impuesto territorial como crédito, tendrá que descontarlo de los flujos futuros que había estimado y el negocio tenderá a bajar su rentabilidad hasta que esta menor disponibilidad de dinero se traspase al valor de la cuota.