- Iván Mlynarz es presidente del sindicato de supervisores de esta minera privada que ayer votó a huelga. Ex líder de la Fech y candidato a alcalde en dos ocasiones por el partido de MEO, se queja que la empresa es inflexible en sus posiciones.
- “Hoy es el Consejo Minero la entidad que representa sin contrapesos a la gran minería del país. Es posible que la acción conjunta de los nuevos y viejos sindicatos de profesionales de la gran minería agreguen un nuevo actor nacional al debate minero”, ha dicho.
Publicado por El Mostrador Mercados, jueves 20 de noviembre de 2014.
Iván Mlynarz es el presidente del sindicato de supervisores de AngloAmerican que ayer votó la primera huelga legal de profesionales de la minería privada. Un geólogo que trabaja en la minera Los Bronces desde 2011 y que tiene más de 9 años de experiencia en la industria.
El sindicato que reúne a profesionales de Los Bronces, Mantos Blancos, El Soldado, Mantos Verdes y Casa Matriz se organizó a fines de noviembre de 2013. “Lo formamos con 27 integrantes y en los cuatro meses siguientes llegamos a cien tal como la ley lo exige”, cuenta Mlynarz.
Hoy en sus filas tiene inscritas a 220 personas de un universo total de mil, de los cuales alrededor de 300 se rigen por el artículo No. 305, es decir, no pueden negociar colectivamente por cumplir labores gerenciales o de administración relevantes.
Al término de los dos días de consulta, votaron 166 personas y el 96% marcó la opción de huelga. Paralelamente, la empresa ya echó a andar los planes de contingencias para proseguir con las operaciones en marcha.
La gran demanda de los supervisores apunta a que se les igualen los beneficios que tiene el resto de la industria, e incluso dentro de la propia Anglo. El año pasado, luego de un conflicto serio con los sindicatos de contratistas liderados por la CTC de Manuel Ahumada, la minera suscribió un acuerdo marco donde accedían a prestarles financiamiento para educación y vivienda, entre otras materias. Ninguno de estos beneficios se extendieron a los profesionales de la compañía, lo que habría causado malestar.
Mlynarz da otros ejemplos de desigualdad. “Para los hijos de los mil supervisores existen 60 becas de excelencia académica de $ 300 mil cada una. En cambio, los trabajadores tienen $1.200.000 por cada hijo que esté en el colegio. La gran diferencia entre unos y otros es que ellos estaban sindicalizados y nosotros no, por eso decidimos organizarnos”, dice Mlynarz.
“Nuestro pliego no tiene nada nuevo para la minería. La rotación de trabajadores de Anglo ha fluctuado entre 16 y 14% entre 2011 y 2013 y esto se concentra en los menores de 40 años que cuando adquieren experiencia, se van a otras mineras en busca de mejores condiciones salariales”.
Un currículo pesado
No es sorprendente que Mlynarz haya asumido el liderazgo del sindicato. Su currículo demuestra que siempre ha sentido interés por la política. De hecho, fue dos veces presidente de la FECH en 1998 y en 2000. El Mercurio publicó acusaciones en su contra por mala administración del presupuesto que resultaron infundadas. Salió de las Juventudes Comunistas en 2003 y tres años después apoyó la candidatura de Michelle Bachelet. Se ha presentado en dos ocasiones a candidato a alcalde. La primera vez que lo intentó fue en la comuna de Conchalí, en 2008, en el Pacto Juntos Podemos. Luego el Partido Progresista (PRO) lo postuló a La Florida. Hoy sigue inscrito en el Pro, el mismo que lidera Marco Enríquez-Ominami.
Pese a esta fuerte inclinación por el quehacer público, él señala que “ser dirigente de un sindicato no estaba en mi hoja de vida. He hecho política en mis horarios libres y nunca he dejado de trabajar como geólogo”. En el pasado estuvo en Chuquicamata y Andina.
Agrega que él se enteró de que se formaba un sindicato un miércoles y cuatro días después se constituyó. “Me ofrecí para integrar la directiva y terminé siendo presidente de la misma porque era el que tenía más experiencia política”, cuenta.
Los otros dos que le secundan son Miguel Fernández como tesorero y Francisco Villa como secretario. El primero se define como apolítico y el segundo es un técnico que comenzó hace 16 años como operador de camiones y fue ascendiendo hasta asumir cargos de supervisión.
Haya llegado por casualidad o no a dirigir al primer sindicato de supervisores de AngloAmerican, sus ambiciones son altas y así lo dijo a la revista del sindicato de supervisores de la minera Meridian: “Hoy es el Consejo Minero la entidad que representa sin contrapesos a la gran minería del país. Es posible que la acción conjunta de los nuevos y viejos sindicatos de profesionales de la gran minería agreguen un nuevo actor nacional al debate minero”. En el mismo número se daba cuenta de la constitución de sindicatos de profesionales en Collahuasi, Lumina Copper y Escondida.
Malos recuerdos
Mlyanarz se queja más o menos de lo mismo que otros dirigentes sindicales y entendidos de temas laborales sobre AngloAmerican. La empresa tendría un estilo duro de gerencia y se muestra inflexible a la hora de negociar, lo que incentiva las posiciones más extremas.
El presidente ejecutivo de AngloAmerican es Hennie Faul; y el vicepresidente de recursos humanos de la compañía , Alejandro Mena, quien encabeza la comisión de capital humano del Consejo Minero. Se intentó tener la versión de la minera, pero desde comunicaciones indicaron que respetan los plazos legales por lo que se abstenían de opinar por el momento.
Ya vivieron una mala experiencia con los contratistas a inicios de este año. Se negaron a conversar hasta que terminaron con Manuel Ahumada, presidente de la Confederación de Trabajadores Contratistas (CTC) en el casino de la mina Los Bronces, y firmando un acuerdo marco que resultó ser 30% más caro que el suscrito por Codelco. “Si sabían que tenían un actor sindical que mordía y que tenía adhesión de las bases, por qué repitieron la experiencia de Codelco y finalmente terminaron entregando más que la estatal”, se pregunta un abogado laboral.
La misma duda surge ahora, aunque la lectura al interior de la empresa es distinta. Ellos ponen el acento en que el 80% de los supervisores no están sindicalizados ni adhieren al proyecto de negociación colectiva.
En todo caso, todavía está pendiente saber si alguna de las partes solicitará buenos oficios que es un período de 5 días para llegar a acuerdo antes que se haga efectiva la huelga, lapso que se puede prorrogar de común acuerdo por otros 5 días más.