Si se quiere entender la forma en que las personas ven películas ahora, hay que suscribirse a Netflix . En Chile cuesta alrededor de $ 4.000 mensuales. Tras el fin del sistema de arriendo de DVDs y la muerte de Blockbuster, lo que le queda a miles de personas es elegir una de las cientos de películas o series que ofrece este sistema On-line. El “único” límite es que en la parrilla no estará el film recién estrenado o el éxito del momento porque eso costaría muchísimo más que la suma cobrada.
Esta semana aparecieron dos artículos que dan cuenta de Netflix. Uno escrito por Alexis Madrigal quien revela la ingeniería que permite a esta empresa entender qué películas quiere ver cada cliente y proporcionarle una oferta que calza medianamente bien con sus intereses. Y el otro fue publicado por Felix Salmon, quien a raíz de la nota de Madrigal crítica la mediocridad en el contenido que muestra este sistema de distribución de películas y enfatiza que este servicio nunca podrá entregarle a sus usuarios los films que realmente les gustaría ver porque sería muy caro.
Los enlaces son los siguientes: