Blackrock está libre de culpa

  • Blackrock cayó en las manos del procurador Eric Schneiderman y su caso es un buen ejempo de cómo se termina un negocio legítimo con el objeto de evitar represalias mayores, asume el bloguero Félix Salmon.

 

Uno de los blogueros interesantes de Estados Unidos, Félix Salmon, titula hoy su columna “Blackrock está libre de culpa” en Reuters. Un analista defendiendo a un banco de inversión es a todas luces muy poco popular, pero tiene razones para hacerlo.

Comienza su análisis diciendo que si se quiere testear de qué manera alguien puede caer en las manos de un ideólogo de las persecusiones a los bancos, basta echar una mirada al acuerdo entre Eric Schneiderman, el procurador general de Nueva York, y Blackrock que fue publicado en New York Times. Se supone que este banco de inversión trató de tomar ventajas a través de información confidencial de los upgrades o downgrades de los analistas. ¿Cómo lo habría hecho?

El corazón de esta trifulca radica en una filial de Blackrock llamada Scientific Active Equities (SAE), que maneja alrededor de US$ 80 billones. SAE contantemente monitorea una gran cantidad de información y transa cuando las tendencias  que se despliegan cumplen ciertas características pre-establecidas.

La mayoría de la información, pero no toda, que SAE monitorea es de carácter público: volumen de transacciones, momentum, ganancias… Pero hay un flujo que no  cumple estas características:  una encuesta periódica que SAE envía a sus brokers. Los brokers conversan con los grandes inversionistas todo el tiempo, por supuesto: ese es su trabajo.  Pero SAE es una “tienda” cuantitativa que difícilmente puede entablar una conversación con un analista. Por lo tanto, en vez de eso, envía un cuestionario que indica que sólo pregunta por información pública y hace las preguntas que cualquier persona desde el lado vendedor le haría a un analista. Lo que se trata de hacer es obtener un “feeling”, una sensación,  de si los analistas de manera consolidada están cambiando su perspectiva.  A veces toma su tiempo en que los analistas realmente transformen su sentimiento en una nota de investigación y ese intervalo le sirve a SAE para tomar posiciones.

Félix Salmon argumenta que el trabajo de los inversionistas es obtener información que no está generalmente disponible en los informes publicados de los analistas. Esa información puede venir de muchas fuentes y muy diversas, incluidas los cuestionarios de SAE. Sin embargo, de acuerdo a Schneiderman, el cuestionario de SAE viola el Acta Martin de la Ley General de Negocios y la Ley Ejecutiva, aunque no cita los artículos que estaría transgrediendo y tampoco obliga a Blackrock a admitir violación alguna.

El bloguero continua diciendo que como el interés de Blackrock es mantener una buena relación con Schneiderman y de paso con la Procuraduría General, dejó de enviar cuestionarios.  E incluso antes de esto, le dio a las respuestas un peso de cero en sus algoritmos. Finalmente, Salmon concluye que Blacrock y SAE no están haciendo nada malo. “Schneiderman está presionándolos y forzando a terminar con un negocio que es una práctica legítima. Los mercados eficientes requieren de inversionistas que puedan reunir la información, analizarla y actuar en base a ella. Eso era exactamente lo que SAE estaba haciendo”, advierte.

Publicado por Felix Salmon, Reuters, el viernes 10 de enero de 2014.