La misión de Nicolás Noguera: Desvincular a Piñera de Bancard

  • El mundo político no tiene entre sus prioridades legislar sobre la administración por terceros de las fortunas de los aspirantes a cargos públicos, debate que podría reavivarse de relanzarse a estas lides Sebastián Piñera.
  • Mientras tanto, y ya terminado su fideicomiso ciego, el piñerismo aspira a que el gerente general de Bancard, Nicolás Noguera, desarraigue la imagen del ex Mandatario de la administración de sus inversiones.

A Nicolás Noguera parece que le gustan las fiestas de fin de año. Un 24 de diciembre de 2010, el gerente general de Bancard vendió Blanco y Negro, último flanco que el entonces presidente Sebastián Piñera mantenía abierto a los ataques de la oposición por sus inversiones y por la que estaba pagando un alto costo en popularidad, según las encuestas. En esa ocasión, remató el 13,77% de la sociedad que controla Colo Colo y recaudó unos US$ 7,4 millones.

Cuatro años después, y a horas de celebrarse el Año Nuevo, Noguera informó a través de un comunicado el fin de los fideicomisos ciegos “voluntarios” mantenidos por el ex Mandatario, a través de Bancard Inversiones e Inversiones Santa Cecilia.

Se puso fin así al primer experimento de un Presidente que entrega la administración de su riqueza a terceros. Una experiencia de alcance limitado, pues las instituciones financieras elegidas manejaron una parte menor de la fortuna del ex mandatario. Noguera terminó los fideicomisos tal como los inició, sin que los partidos políticos terminaran de legislar sobre el tema. Por lo mismo, se anticipa que —de existir una nueva intentona presidencial del líder de la derecha— volverá a debatirse sobre la administración de su dinero.

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ESE Day en Universidad de Los Andes: Piñera habló de metas, Correa de afectos, Silva de misión país y Velasco se dio un gusto

Después de la exposición de Sebastián Piñera en la Universidad de Los Andes quedó claro que su estilo de gobierno se encuentra justamente en la vereda contraria del de la presidenta Michelle Bachelet y difícilmente puede haber alguna sintonía entre ambos.

“En este país no hay metas de empleo, ni de productividad, ni de salarios. A lo más se dice que este país va de menos a más. Nosotros nos pusimos metas exigentes y cumplimos prácticamente todas. La meta tiene una misión, una exigencia”, señaló.

Mientras Piñera centraba su discurso en los resultados de su gobierno y los que está mostrando la actual administración, ante una audiencia formada por empresarios y altos ejecutivos, la mayoría de los cuales ha pasado por las aulas de este establecimiento privado, ligado al Opus Dei; Enrique Correa –presidente de Imaginacción- levantaba la bandera de los afectos.

La ciudadanía ha adquirido una mayor libertad, “ya no cree que tiene que estar sólo a un lado de la vereda, puede cambiarse de vereda y en este contexto, adquieren más valor los sentimientos. Los sentimientos son un elemento clave para entender la sociedad: confianza, credibilidad y afecto. Esos son los tonos musicales que predominan en ella”.

Correa apuntaba así al punto más débil del ex presidente: su falta de oído musical sinónimo de inteligencia emocional, atributo que sí se le reconoce a Bachelet. Pero fue un poco más allá cuando le dijo a Piñera que resultaba difícil entender la razón de la derrota electoral que tuvo la derecha en la última elección presidencial a la luz de los resultados que él y su ministro de Hacienda , Felipe Larraín, defienden con tanto tesón. Y no se quedó allí, manteniendo un tono muy calmo, le dejó en claro que el problema era que no había sabido ganarse la confianza de los chilenos durante su gobierno.

Si uno habló de metas y el otro de afectos, hubo un tercero que se refirió a un grupo social ensimismado en sus privilegios. Ese fue Ernesto Silva, presidente de la UDI, quien comenzó su alocución diciendo: “Me preocupa ver que tenemos una élite frívola. Los países necesitan a las mejores personas dedicadas a lo público. Qué sucedería si uno de nuestros hijos nos dice quiero ser fiscal, o ser parlamentario… Tenemos una élite que se frivoliza y que se encierra en un mundo de privilegios. Jaime Guzmán –a quien conocí a través de mi padre- decía que en Argentina la élite se fue a jugar polo. Siento que ese riesgo no ha sido suficientemente debatido”.

En tanto que el cuarto invitado a la fiesta que era Andrés Velasco, repitió en parte la presentación que había hecho semanas atrás en el Banco Security, y planteó con más fuerza que “el gobierno de centroderecha que tuvo Chile por cuatro años, que llegó al gobierno, que llegó a La Moneda con una retórica de grandes cambios de productividad, institucionales, laborales -que decía Sebastián Piñera iban a cambiarle la cara al país- en los hechos, no hizo absolutamente nada”.

Eso sí que Piñera ya no estaba allí para escucharle porque se había retirado durante el coffee break.

Publicado por El Mostrador Mercados, viernes 22 de agosto de 2014

La mirada de Enrique Correa sobre la clase media y la confianza que no pudo ganar Piñera

  • “Pienso que esta discusión por el modelo económico, tiene mucho de ociosa. Porque en estos casi 25 años de democracia, hemos ido evolucionando desde una economía ultra liberal a un cierto sentido común social demócrata”.
  • Desde la perspectiva de este analista, detrás del reclamo de igualdad, subyace un reclamo más profundo que es la igualdad en la calidad de los servicios.

“Si quieres la paz, busca los cambios. Si quieres los cambios, busca los acuerdos”, concluyó su exposición Enrique Correa, presidente de Imaginacción y ex secretario general de Gobierno en la administración de Patricio Aylwin, ante una audiencia de empresarios y profesionales convocados por ESE Day, en la Universidad de Los Andes. En la sede de una de las principales universidades privadas del país que es financiada por los mayores grupos empresariales y muy ligada al movimiento Opus Dei, hizo una presentación que no tuvo tapujos en decir ciertas cosas por su nombre. “Las empresas son un punto clave de un país moderno y democrático, forman parte del metabolismo, es decir, del funcionamiento esencial de un país. Sin embargo, siendo tan esencial para la vida de la gente, no está sola. Comparte roles con el Estado y la sociedad. Todavía más, la diferencia hoy por hoy entre los que les va bien y los que les va mal, está en la adecuada lectura de ese entorno”. Agregó que los países desarrollados tienen Estados fuertes, economías dinámicas y sociedades muy activas. “La estabilidad está dada por el modo en que se combinan los tres actores: economía, política y sociedad”. “Pienso que esta discusión por el modelo económico, tiene mucho de ociosa. Porque en estos casi 25 años de democracia, hemos ido evolucionando desde una economía ultra liberal a un cierto sentido común socialdemócrata. Es tan fuerte este cierto sentido común socialdemócrata que trasciende los gobiernos. Hemos tenido alternancia en el poder y todos los gobiernos han gobernado bajo esta inclinación , alejados de los modelos más ultraliberales”. Afirmó que ha dejado de ser cierta la afirmación tan básica de los ochenta, que para que el mercado crezca se requiere que el Estado disminuya. Otra cosa es que el Estado deba modernizarse y la empresa reformarse para adaptarse a una sociedad más cambiante.

Una sociedad más exigente

“La empresa y el Estado están enfrentados con dureza a una sociedad más compleja, están desafiados por esa sociedad y sometidos a sospechas y escrutinio”, agregó Correa. Y se atrevió a levantar la tesis de que la reforma más estructural ha sido la apertura económica. “La globalización no es un menú a la carta. Es un camino de ida y vuelta. No sólo se globalizan los mercados, sino también la política, los derechos humanos y las costumbres. La apertura trajo crecimiento, pero también ideas más seculares y liberales: derechos de las minorías sexuales, de las etnias, ambientales…” “Las libertadas se atraen, decía Giorgio Napolitano. El que quiera libertad económica debe querer cada vez más libertad política. Los que quieren libertad económica y política deben aceptar más libertades culturales y una convivencia de distintos conceptos del bien. Que todos vivan con arreglo a sus propias opciones y con arreglo a sus propias jerarquías y valores”.

 Una clase media que se hizo a sí misma

La sociedad chilena ha vivido en este país las transformaciones más grandes de su historia.”De una sociedad de pobres, Chile se ha ido transformando en una sociedad de clase media de bajos ingresos. Ese es el fruto de nuestro éxito de años de crecimiento”, dijo Correa y agregó:”La clase media siente con razón que lo logrado se lo debe a sí misma, no al Estado. Por eso, siente profundamente su dignidad y siente que su demonio es el abuso. Busca la igualdad. No es la consigna que se le ocurrió a un político mal orientado, está en la esencia de la sociedad”. “El movimiento estudiantil no habría conseguido sobrevivir sin la clase media. Botó a Sebastián Piñera y fue determinante en el triunfo de Bachelet”, argumentó el ex ministro de Gobierno. Sin embargo, desde su concepción, detrás del reclamo de igualdad, subyace un reclamo más profundo que es la igualdad en la calidad de los servicios. “Es una pugna muy fuerte por bienes públicos en servicios públicos de calidad. Esto afecta tanto al Estado como a la empresa privada”, sentenció. Sin embargo, puntualizó que “hay que evitar lecturas equivocadas, es una sociedad socialmente exigente, pero políticamente moderada. Apoya los cambios, pero no quiere conflictos”. Esta nueva clase media que ha sido incorporada por el mercado, conforma el “grupo de los primera vez”: “la primera casa propia, el primer hijo en educación superior, el primer vuelo en avión, el primer auto, la primera visita a salud privada…No es el grupo más poderoso, pero es el mayor productor de sentido común. De aquí provienen los mayores cambios a las empresas y al Estado”. Hay otro cambio importante respecto de los ochenta: la ciudadanía ha adquirido una mayor libertad. “Ya no cree que tiene que estar sólo a un lado de la vereda, puede cambiarse de vereda y en este contexto, adquieren más valor los sentimientos. Los sentimientos son un elemento clave para entender la sociedad: confianza, credibilidad y afecto. Esos son los tonos musicales que predominan en la sociedad”.

Los puntos sobre las íes a Piñera

“Comprendo bien el derecho y la obligación del presidente Piñera de defender su obra. Pero el ex presidente y el ex ministro de Hacienda, recibieron un país con un gran impulso hacia la modernidad”, que venía saliendo de enfrentar la mayor crisis financiera de los últimos tiempos. No contento son eso, Correa advirtió: “Tengo mis dudas de decir lo que tengo que decir, pero lo voy a decir: ¿por qué con tan buenos números, el resultado político fue el que fue? Creo que hubo una crisis de confianza”. Dejando claro que el gran problema de Sebastián Piñera fue que no logró ganarse la confianza de la sociedad, cosa que sí logró Michelle Bachelet. Por último, indico que el acuerdo tributario es una buena noticia. “No tengo por qué no pensar que lo mismo vamos a hacer en educación. Esa demanda incluye niveles altos de gratuidad. No veo por qué razón del mismo modo que partimos tan mal en la tributaria, no lo vamos a lograr en educación. Si quieres la paz, busca los cambios. Si quieres los cambios, busca los acuerdos”, concluyó.

PARTE II: El relato del Gobierno sobre las razones que tuvo para sumar a la derecha a la Reforma Tributaria

  • La preocupación por el crecimiento y las expectativas a la baja llevaron al equipo de Hacienda a redoblar los esfuerzos por alcanzar un entendimiento, lo más amplio posible, con la oposición. Los primeros acercamientos habrían sido con la UDI y no con RN.
  • Alejandro Foxley le planteó al ministro Alberto Arenas que una reforma estructural requería no sólo de los votos para aprobarla, sino de un apoyo que fuera más allá de la mayoría gobernante.

El deterioro de la economía era una preocupación que rondaba al ministerio de Hacienda. Pese a que públicamente se dijera que la actividad iría de menos a más hacia el segundo semestre, los indicadores demostraban una caída que comenzó a pesar. El último Imacec, el de mayo, fue de 2,3%.

A medida que pasó el tiempo se hizo más evidente el deterioro de las expectativas. Las señales apuntaban a que había varios proyectos importantes parados por el ambiente de crispación que se percibía. La preocupación por estos dos factores –crecimiento y expectativas-llevaron a redoblar los esfuerzos por alcanzar un entendimiento, lo más amplio posible.También influyeron los consejos y la orientación del ex ministro y ex senador, Alejandro Foxley.

Publicado por El Mostrador Mercados, viernes 11 de julio de 2014

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