- Habitat se opuso a que Deloitte nuevamente fuera elegida como firma auditora. Lleva las cuentas de la compañía desde 1984 cuando, a juicio de la AFP, debería haber un recambio cada cinco años.
La junta de accionistas de CAP es como una reunión de viejos amigos. El presidente de la compañía, Roberto de Andraca, habla con la seguridad y cercanía necesaria para convencer a sus representados de que los tiempos son malos, pero que la empresa los sorteará tal como lo ha hecho antes. Se complementa bien con Fernando Reitich, el gerente general, quien se encarga de los números duros.
Ninguno de los dos comparte los vaticinios de los analistas que ven un futuro oscuro para la compañía, tan oscuro como el hierro mismo.
De Andraca sostiene que evidentemente a un precio del mineral en torno a US$ 50 la tonelada, comienza a haber riesgo de que las empresas comiencen a presentar pérdidas y señala el ejemplo de Port Hughes y otras dos compañías. “No es el caso de CAP” que genera utilidades y está preparada para un “deterioro ligeramente mayor”. Al cierre de 2014, la firma obtuvo utilidades por US$ 55,5 millones y mantuvo la política de repartir el 50% de las utilidades.
“La compañía ha hecho un esfuerzo monumental y verificable” en bajar los costos, agrega Reitich, pero también acota que hay ciertos costos que no dependen de la administración, sino de políticas del país como es el precio de la energía.
Un accionista le preguntaría más tarde algo que lo saca levemente de su centro: “Usted ha dicho que los costos de producción se han bajado desde US$ 80 a US$ 45 la tonelada. Si yo bajara los costos en mi casa a la mitad, quedaría a poto pelado. ¿No habrá algún tipo de arreglín?”.
A lo que el ejecutivo le contesta que esperaba que no quisiera decir que la compañía se prestaba para “arreglines”. Dicho eso pasa a explicar que cuando el precio del hierro estaba a US$ 150 la tonelada hace cinco años, la idea era maximizar la producción. Pero cuando el precio baja, “ya no es claro que lo que tengo que hacer es maximizar la producción, sino que surgen dos problemas a resolver: cuánto y qué producir”.
Agrega que los “formuladores de opinión” tienden a comparar cosas incomparables. Es verdad que el costo de producción de CAP es cercano a US$ 50 y Port Hughes es de US$ 30, pero –aclara- el producto de CAP tiene un premio en el mercado porque es de mejor calidad que el de esta otra compañía que recibe un castigo. “Lo que nosotros hicimos fue optimizar la producción”. Al tiempo que desliza que los costos en el primer trimestre han seguido bajando por debajo de los US$ 40.
Luego con los periodistas, se muestra abierto a estudiar el cierre temporal de la mina El Romeral, la de más alto costo, reporta Reuters.
Terminada la argumentación en la junta, De Andraca enfatiza: “Esta compañía no hace arreglines”.
Momentos antes se había votado la elección de los nuevos auditores y nuevamente es elegido Deloitte Chile, empresa que está desde 1984 a cargo de dar fe de los número de la empresa. El único disenso es el del representante de AFP Habitat, Ernesto Larraín, quien lee una breve declaración donde señala que era deseable la rotación de las empresas auditoras, al menos, cada cinco años, por lo que la administradora rechaza que esta firma continuara con esta responsabilidad.
La declaración es un saludo a la bandera porque nadie más hace mayor cuestión del tema. Los accionistas que allí estaban a través de distintas intervenciones muestran su confianza en De Andraca, quien asiente cada vez que uno de ellos le cuenta que había comprado aprovechando el buen precio. La acción cerró ayer en $ 1.920 y cayó 2,26% en la jornada.
Publicado por El Mostrador Mercados, jueves 16 de abril de 2014.