Cierre de oro tuvo ayer Picton en la noche. Primero un seminario cerrado en el Hotel Ritz que reunió a personajes que no suelen asistir a este tipo de eventos y luego en la noche, un cóctel en casa de Matías Eguiguren, socio principal de esta boutique financiera.
La razón de tanta expectación fue Timothy Geithner, el que fuera secretario del Tesoro norteamericano durante el primer período del presidente Barack Obama, y que vivió la peor crisis financiera desde la del Gran Depresión. Primero como presidente de la FED de Nueva York y luego desde el ejecutivo.
Apenas iniciado el seminario, se pidió que se guardara reserva de lo allí conversado: no se podía grabar, ni reproducir y menos tomar fotografías. Por lo tanto, no queda más que leer el libro que Geithner acaba de publicar, titulado: Stress Test, si no se asistió al encuentro, aunque El Mercurio publicó algunas citas del ex funcionario. El texto de 600 páginas fue distribuido por Picton hace más de un mes y medio junto con la invitación, pero la verdad es que pocos de los asistentes llegaron con la tarea hecha.
Lo que resulta admirable es la impasibilidad con que Geithner relata que el sistema financiero estuvo a tres días de colapsar. Y los asistentes pudieron verificar en vivo y en directo algo que los reporteros en Washington siempre dijeron: este hombre es operado de los nervios. Nada en él revela la procesión que llevó por dentro.
El formato del mediodía fue un almuerzo durante el cual el ex ministro Felipe Larraín entrevistó a Geithner. Y lo hizo bien, aunque debe haber sido duro para el ex secretario de Estado mantenerse en un segundo plano. Pese al formato, algunas preguntas del público le permitieron cierto protagonismo y hacer gala de su sentido del humor. ¿Por ejemplo? Cuando le preguntaron si volvería al gobierno, contestó: “Definitivamente voy a volver al servicio público”, mientras miraba al ex presidente Sebastián Piñera que se encontraba en una de las mesas principales.
Además del ex mandatario se encontraban Nicolás Ibáñez, Jaime de la Barra (Compass), Agustín y Felipe Edwards (El Mercurio), Fernando Massú (Corpbanca), Cristián Arnolds (director de Chilquinta), el abogado Fernando Barros, Alfonso Swett (Forus), Raúl Sotomayor (Southern Cross), Gonzalo Ibáñez (FFV), y Juan Carlos Eyzaguirre (Bice), entre otros.
En la noche, poco a poco el ambiente se fue distendiendo. Afuera las calles del condominio estaban atochadas con autos estacionados por valet parking y quien quiso hacerlo por su cuenta y riesgo, seguramente tomó varios minutos en encontrar un espacio vacío.
Nuevamente habló Geithner y luego le ofrecieron la palabra a Sebastián Piñera para que se refiriera a la realidad nacional. Ese fue como un caramelo para el ex presidente. Sin embargo, antes de iniciar su análisis señaló que había recibido ese día el libro y que no había podido parar de leerlo hasta poco antes de venirse a la fiesta. Acto seguido, felicitó al norteamericano por su valentía para tomar medidas duras. Lo que vino después es ya conocido: habló de un gobierno que no tiene buenos resultados y de un país que puede perder la oportunidad de ser desarrollado.
Minutos más tarde, se podía ver a Piñera y al ex banquero central José de Gregorio buscando algo en sus smartphones, mientras cada uno blandía argumentos sobre los verdaderos motivos de la desaceleración económica. Una discusión que definitivamente no tendrá ningún destino ni esa noche ni en los años que vienen.
Dentro de las visitas de rigor, Geithner se reunió con el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, y con el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, durante la mañana. Sin embargo, la Nueva Mayoría era francamente una minoría tanto al mediodía como en la noche. Como también eran pocas las mujeres presentes, lo que hizo reflexionar a algunos que el mundo de las finanzas sigue siendo un gran club de Toby.
Publicado por El Mostrador Mercados, jueves 25 de septiembre de 2014.