Los FIP del grupo Saieh, “con pecado concebidos”

  • Tienen distintos nombres. Alpha, Fénix, Synergia o RCC por nombrar sólo a algunos de los Fondos de Inversión Privados que maneja este grupo, pero todos ellos han tenido un único objetivo: beneficiar a Alvaro Saieh y su familia.
  • La querella que el SII presentó contra el grupo de delito tributario en la operación de compra de las acciones de Ripley da cuenta de la manera en que este conglomerado estructuraba sus negocios, pero hay otros ejemplos.

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Fondos de Inversión Privados pierden su sex appeal con la Reforma Tributaria

  • Los FIP deberán pagar un impuesto de retención de 35% con lo que se les termina gran parte de su atractivo como vehículo inversor. En tanto que el proyecto  introduce cambios a la Ley Unica de Fondos que se acaba de promulgar en enero.

Nada de prometedor es el futuro de los Fondos de Inversión Privado (FIPs) de aprobarse la Reforma Tributaria, pues el proyecto los obliga a pagar anualmente el impuesto de retención de 35% sobre las rentas propias. Hasta ahora estos instrumentos son prácticamente los únicos que están libres de pagar el Impuesto de Primera Categoría.

A junio del año pasado, los organismos oficiales daban cuenta de 835 fondos de inversión privados, con inversiones por US$14.500 millones. De esta forma, el sector volvió a sobrepasar la barrera de los 800 fondos, luego que a fines de 2011 gran parte de las carteras inmobiliarias -creadas bajo esta figura- entraran en liquidación y disolución, cerrando ese período con 784 FIP con US$ 11.844 millones en activos, señalaba una nota del diario La Segunda.

Los FIPs se crearon hacia el 2000 con el fin de fomentar la inversión en el marco de la reforma al Mercado de Capitales I (MKI), pues permiten reunir a inversionistas de distinto tipo tras el objeto de aportar dinero a un emprendimiento privado. Aunque su uso se distorsionó con el tiempo.

Más de una vez ocurrió que cuando alguien tenía la intención de vender una empresa, constituía un FIP al que aportaba la participación en la compañía y cuando la vendía, la ganancia sobre la venta de los derechos no pagaba Impuesto de Primera Categoría.

También se han formado estos fondos para acudir a aumentos de capital en una sociedad cerrada y así participar en ella, apostando a una plusvalía futura. Cuando vendan su participación en la empresa, ese dinero vuelve al fondo y no está afecto a Impuesto de Primera Categoría. ¿Cuándo lo está? Cuando los aportantes registren una ganancia, ya sea porque liquidaron cuotas del fondo, recibieron dividendos o se puso término al FIP. Es decir, mientras la inversión y lo que se gane por ella, se mantenga dentro del fondo, está libre de impuestos. Cuando la ganancia es retirada por una persona natural, se paga el global complementario. Cuando la utilidad es rescatada por una sociedad, ésta se almacena en  el Fondo de Utilidades Tributarias (FUT) sin derecho a crédito.

Eso siempre y cuando no se apruebe la Reforma Tributaria, pues ahora sí están afectas a un impuesto de retención de 35% de respecto a sus rentas propias, señala Juan Pablo Cabello, abogado de Cabello, Letonja & Cía. Esta modificación se inscribe dentro de la premisa que toda ganancia de capital debe pagar impuesto a la renta, como lo señala el mensaje presidencial con el que se acompañó el proyecto de ley cuando ingresó a la Cámara Baja para su tramitación este martes.

Apenas duró tres meses

Tanto para Cabello como para Gonzalo Polanco, director ejecutivo del Centro de Estudios Tributarios de la Universidad de Chile, la tasa del Impuesto de Primera Categoría es de 35%, pues las empresas tendrán que pagar un 25% y retener un 10% atribuido a los socios.

“El único caso en que la empresa no se verá obligada a retener el 10% se da cuando se trata de una sociedad anónima cerrada o limitada, cuyos socios sean personas naturales chilenas”, indica Cabello.

Como las empresas retienen el 10%, si los accionistas personas naturales tienen un tramo más bajo que el 35% en su global complementario o adicional, podrán pedir devolución porque constituye un crédito.

Respecto a los impuestos que deben pagar las acciones con presencia bursátil se mantiene el concepto de que el mayor valor obtenido en la enajenación de éstas no constituirán renta para, premisa que está contenido en el artículo 107, señala Polanco. Sin embargo, no corren la misma suerte los fondos de inversión y los fondos mutuos, que fueron eliminados de este articulado.

La industria de fondos de inversión y de fondos mutuos mueven más de US$50.000 millones, según cifras de Acafi, donde menos del 0,5% corresponden a inversionistas extranjeros. Por eso, José Manuel Silva de Larraín Vial señaló hoy a Radio Duna que el proyecto era un exocet para la industria.

Sin mayores miramientos, el proyecto modifica con el artículo 11, los artículos 81, 82 y 86 de la ley 20.712 que fue publicada hace tres meses, el 7 de enero de este año, sobre “Administración de Fondos de Terceros y Carteras Individuales” o “Ley Unica de Fondos” (LUF). Esta iniciativa fue largamente discutida en el Parlamento, siendo uno de sus principales impulsores el socio de Moneda, Fernando Tisné, desde la presidencia de la ACAFI.

El gobierno de Bachelet quiere que el Congreso apruebe ahora que los fondos de inversión, fondos mutuos y sus administradoras estarán sujetos al régimen tributario establecido para las sociedades anónimas a partir del 1 de enero de  2017.  Si bien los fondos de inversión y fondos mutuos no serán considerados contribuyentes del Impuesto de Primera Categoría –el fondo es un patrimonio y no un contribuyente-,  las utilidades que se generen deberá atribuírselas a los aportantes y, por ende, retener el 10% de las mismas, concluye Cabello.