¿Cómo se reorganiza un restaurante para vender por delivery? Para los que miramos desde afuera parece un cambio casi automático, pero está lleno de detalles. No es lo mismo armar un plato para un cliente que está sentado a pocos metros, que mandar un pedido a una dirección. No es lo mismo un garzón que un repartidor.
Durante los 15 días que conversamos con Jorge Greene, gerente general de Schopdog, este fue uno de los temas recurrentes. El delivery no soluciona sus problemas financieros, sí le ayudan a mantener a sus trabajadores activos, probar nuevos productos y generar algo de caja para reducir el monto que tendrá que pedir prestado a la hora de pagar las remuneraciones. Esto es lo que a él le fue pasando durante la crisis que ha provocado el coronavirus. Este artículo se publicó primero en La Segunda el 7 de mayo y es el cuarto de una serie.
“Alguien me dijo: “Jorge, no es momento de innovar”. Y es justamente lo contrario, este es el momento de innovar. Estoy aprendiendo, tengo un buen equipo y ando tranquilo.
¿Qué es lo peor que puede pasar? Que nos quedemos sin pega, que muera Schopdog, pero nos podremos recuperar. Hay gente que soporta una guerra, cómo no vamos aguantar esto.