Encontrar donantes de sangre es complejo. Tienen que cumplir una serie de requisitos como no haber tenido hepatitis después de los 12 años, no haberse hecho tatuajes o piercing en los últimos meses, no sufrir una enfermedad autoinmune… y si se quiere donar para el plasma convaleciente, además de todo esto, debe ser un paciente recuperado de Covid-19.
Cómo aumentar las donaciones fue uno de los temas que frecuentemente tocó Raimundo Gazitúa durante nuestros diez días de conversaciones. Este hematólogo coordina un proyecto donde colaboran once instituciones que están empeñadas en probar una terapia experimental para ayudar a los enfermos de Covid a recuperarse más rápido.
“La primera transfusión de plasma fue para mi amigo Andrés. Salió en todas partes como el primer enfermo recuperado con plasma. Trabaja en la urgencia del Hospital de San Antonio, estaba en la primera línea y se contagió.
En un WhatsApp grupal, nos avisó que estaba con Covid. Tiene 40 años, joven igual, es diabético, se cuida poco, y desordenado como todos nosotros. Empeoró rápidamente, le costaba respirar y lo hospitalizaron acá en Santiago. Los indicadores estaban muy malos y lo podían intubar. Ya teníamos las primeras bolsitas de plasma listas. ¿Me la juego o no?, pensé. Lo conversé con el equipo y apoyaron.