- “Pienso que esta discusión por el modelo económico, tiene mucho de ociosa. Porque en estos casi 25 años de democracia, hemos ido evolucionando desde una economía ultra liberal a un cierto sentido común social demócrata”.
- Desde la perspectiva de este analista, detrás del reclamo de igualdad, subyace un reclamo más profundo que es la igualdad en la calidad de los servicios.
“Si quieres la paz, busca los cambios. Si quieres los cambios, busca los acuerdos”, concluyó su exposición Enrique Correa, presidente de Imaginacción y ex secretario general de Gobierno en la administración de Patricio Aylwin, ante una audiencia de empresarios y profesionales convocados por ESE Day, en la Universidad de Los Andes. En la sede de una de las principales universidades privadas del país que es financiada por los mayores grupos empresariales y muy ligada al movimiento Opus Dei, hizo una presentación que no tuvo tapujos en decir ciertas cosas por su nombre. “Las empresas son un punto clave de un país moderno y democrático, forman parte del metabolismo, es decir, del funcionamiento esencial de un país. Sin embargo, siendo tan esencial para la vida de la gente, no está sola. Comparte roles con el Estado y la sociedad. Todavía más, la diferencia hoy por hoy entre los que les va bien y los que les va mal, está en la adecuada lectura de ese entorno”. Agregó que los países desarrollados tienen Estados fuertes, economías dinámicas y sociedades muy activas. “La estabilidad está dada por el modo en que se combinan los tres actores: economía, política y sociedad”. “Pienso que esta discusión por el modelo económico, tiene mucho de ociosa. Porque en estos casi 25 años de democracia, hemos ido evolucionando desde una economía ultra liberal a un cierto sentido común socialdemócrata. Es tan fuerte este cierto sentido común socialdemócrata que trasciende los gobiernos. Hemos tenido alternancia en el poder y todos los gobiernos han gobernado bajo esta inclinación , alejados de los modelos más ultraliberales”. Afirmó que ha dejado de ser cierta la afirmación tan básica de los ochenta, que para que el mercado crezca se requiere que el Estado disminuya. Otra cosa es que el Estado deba modernizarse y la empresa reformarse para adaptarse a una sociedad más cambiante.
Una sociedad más exigente
“La empresa y el Estado están enfrentados con dureza a una sociedad más compleja, están desafiados por esa sociedad y sometidos a sospechas y escrutinio”, agregó Correa. Y se atrevió a levantar la tesis de que la reforma más estructural ha sido la apertura económica. “La globalización no es un menú a la carta. Es un camino de ida y vuelta. No sólo se globalizan los mercados, sino también la política, los derechos humanos y las costumbres. La apertura trajo crecimiento, pero también ideas más seculares y liberales: derechos de las minorías sexuales, de las etnias, ambientales…” “Las libertadas se atraen, decía Giorgio Napolitano. El que quiera libertad económica debe querer cada vez más libertad política. Los que quieren libertad económica y política deben aceptar más libertades culturales y una convivencia de distintos conceptos del bien. Que todos vivan con arreglo a sus propias opciones y con arreglo a sus propias jerarquías y valores”.
Una clase media que se hizo a sí misma
La sociedad chilena ha vivido en este país las transformaciones más grandes de su historia.”De una sociedad de pobres, Chile se ha ido transformando en una sociedad de clase media de bajos ingresos. Ese es el fruto de nuestro éxito de años de crecimiento”, dijo Correa y agregó:”La clase media siente con razón que lo logrado se lo debe a sí misma, no al Estado. Por eso, siente profundamente su dignidad y siente que su demonio es el abuso. Busca la igualdad. No es la consigna que se le ocurrió a un político mal orientado, está en la esencia de la sociedad”. “El movimiento estudiantil no habría conseguido sobrevivir sin la clase media. Botó a Sebastián Piñera y fue determinante en el triunfo de Bachelet”, argumentó el ex ministro de Gobierno. Sin embargo, desde su concepción, detrás del reclamo de igualdad, subyace un reclamo más profundo que es la igualdad en la calidad de los servicios. “Es una pugna muy fuerte por bienes públicos en servicios públicos de calidad. Esto afecta tanto al Estado como a la empresa privada”, sentenció. Sin embargo, puntualizó que “hay que evitar lecturas equivocadas, es una sociedad socialmente exigente, pero políticamente moderada. Apoya los cambios, pero no quiere conflictos”. Esta nueva clase media que ha sido incorporada por el mercado, conforma el “grupo de los primera vez”: “la primera casa propia, el primer hijo en educación superior, el primer vuelo en avión, el primer auto, la primera visita a salud privada…No es el grupo más poderoso, pero es el mayor productor de sentido común. De aquí provienen los mayores cambios a las empresas y al Estado”. Hay otro cambio importante respecto de los ochenta: la ciudadanía ha adquirido una mayor libertad. “Ya no cree que tiene que estar sólo a un lado de la vereda, puede cambiarse de vereda y en este contexto, adquieren más valor los sentimientos. Los sentimientos son un elemento clave para entender la sociedad: confianza, credibilidad y afecto. Esos son los tonos musicales que predominan en la sociedad”.
Los puntos sobre las íes a Piñera
“Comprendo bien el derecho y la obligación del presidente Piñera de defender su obra. Pero el ex presidente y el ex ministro de Hacienda, recibieron un país con un gran impulso hacia la modernidad”, que venía saliendo de enfrentar la mayor crisis financiera de los últimos tiempos. No contento son eso, Correa advirtió: “Tengo mis dudas de decir lo que tengo que decir, pero lo voy a decir: ¿por qué con tan buenos números, el resultado político fue el que fue? Creo que hubo una crisis de confianza”. Dejando claro que el gran problema de Sebastián Piñera fue que no logró ganarse la confianza de la sociedad, cosa que sí logró Michelle Bachelet. Por último, indico que el acuerdo tributario es una buena noticia. “No tengo por qué no pensar que lo mismo vamos a hacer en educación. Esa demanda incluye niveles altos de gratuidad. No veo por qué razón del mismo modo que partimos tan mal en la tributaria, no lo vamos a lograr en educación. Si quieres la paz, busca los cambios. Si quieres los cambios, busca los acuerdos”, concluyó.