- La denuncia contra los hermanos Calderón, seguida por las querellas contra los Ossandón y los Errázuriz, era parte de una estrategia de la Dirección Nacional del Servicio para infundir miedo entre los grandes contribuyentes.
- La irrupción del caso Penta se enganchó bien con esa política, pero cuando éste derivó a SQM la alianza entre Michel Jorratt y Cristián Vargas se rompió.
Mientras Alberto Arenas era el guardián del programa, Rodrigo Valdés velará por los fundamentos económicos en Hacienda
- El nuevo ministro de Hacienda arriba con la seguridad de un doctorado en el MIT y la experiencia de años entre el mundo privado, público y multilateral.
- Para muchos implica el regreso de la inteligencia emocional a esta cartera y la vuelta a su esencia: la preocupación por el crecimiento.
A eso de las siete y media de la mañana, el hasta ese minuto ministro de Hacienda, Alberto Arenas, se reunió con su grupo más cercano de colaboradores para despedirse en las oficinas de Teatinos 120. Fueron no más de cinco personas entre las que se contaban su jefa de gabinete, Andrea Palma, el resto del equipo ministerial no tuvo oportunidad de volver a verlo al menos ayer lunes.
Dos horas después, el hombre del programa del gobierno de Bachelet dejaba el cargo de ministro de Hacienda en manos de Rodrigo Valdés (PPD), quien hasta ese momento se desempeñaba como presidente del Banco Estado.
El estilo que Hacienda impondrá en la discusión de la Agenda Laboral
- Alberto Arenas puede estar recogiendo opiniones de otras autoridades, pero tenderá a monopolizar esta iniciativa en las semanas que vienen, junto a su equipo de colaboradores en estas materias. Su foco es cautelar el crecimiento económico.
- Fuentes informadas indican que el ministerio del Trabajo se muestra proclive a cumplir con los trabajadores antes de fin de año. En tanto que Hacienda pretende llegar a un acuerdo con los distintos actores empresariales y sindicales “tal vez” en diciembre y luego mandar un proyecto de ley o quizás más de uno.
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La mala onda que hay entre Alberto Arenas y Ricardo Escobar
Es un secreto a voces de que Ricardo Escobar y Alberto Arenas no se llevan bien. Pero esta “enemistad” entre el abogado tributario y el ministro de Hacienda no nació durante el debate de la Reforma Tributaria, sino que viene de mucho antes y se cristalizó durante la primera administración de Michelle Bachelet.
Por doctrina dicen que Arenas mira con recelo que un director del Servicio de Impuestos Internos provenga del sector privado. Escobar venía justamente de ese mundo, pues antes de ser designado director del SII, era socio de uno de los estudios de abogados más importantes del país, Carey y Cía.
Cuando Michel Jorrat, el actual director del SII, salió del servicio en 2007 porque Escobar no lo promovió a la subdirección de Estudios que era su ascenso natural, Arenas se lo llevó a la Dirección de Presupuestos (Dipres) que él dirigía.
Pero la “mala onda” se hizo evidente en el verano de 2010. Escobar venía trabajando en la modernización del SII, proyecto que fue consensuado por los funcionarios de la entidad. Sin embargo, Arenas le quitó el piso al trabajo que había desarrollado en los últimos cuatro años, es decir, no le dio lo que pedía.
La pelea fue de proporciones y trascendió a los medios de prensa. Escobar declaró en enero de 2010 a La Tercera que “la relación con la Dipres es muy difícil, porque uno conversa con gente que mira el mundo en 365 días, y cualquier cosa que supera ese período genera problemas”.
Pero no se quedó allí, dijo además que la Dipres “no tiene la capacidad técnica para poder mirar a largo plazo y, sin embargo, son los encargados de autorizar los recursos. Esta es una gran contradicción”.
Arenas le respondió por el mismo diario y en su estilo dijo: “Trabajar en la Dipres no es para recibir elogios. Los que hemos trabajado acá estamos acostumbrados a las críticas. Nos criticaron cuando ahorramos, nos criticaron cuando gastamos. Yo me quedo con que esta es una institución seria, que ha profundizado la transparencia fiscal, y que es largamente reconocida no sólo en Chile”.
Declaraciones de personeros que pocas veces se han visto si se piensa que eran funcionarios de un mismo gobierno y que convivían a pocos metros, bajo el alero de Andrés Velasco como ministro de Hacienda.
Cuando salieron del gobierno, ambos funcionarios tomaron rumbos distintos. Escobar ingresó por un tiempo a la auditora EY y luego se asoció con el abogado Jorge Bofill. En lo político, optó por apoyar la candidatura de Andrés Velasco. Arenas se fue a la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y ocupó el directorio de Canal 13 hasta 2013. Renunció a este puesto cuando se incorporó al comando de Bachelet para hacerse cargo de la elaboración del programa.
Entonces cuando la Confederación de la Producción y del Comercio nombró a Escobar como coordinador de la Reforma Tributaria, quienes sabían de su vieja pugna, entendieron que por muy capaz que fuera este abogado en lo técnico, difícilmente lograría la confianza del ministro. Los que tratan de ver bajo el agua indican que la designación de Escobar no apuntaba a ganarse la buena voluntad de Arenas, sino a tener una entrada con el presidente de la comisión de Hacienda del Senado, Ricardo Lagos Weber, con quien tendría una buena relación.
Finalmente, en el gobierno dicen que fue más fácil entenderse con la Sofofa, liderada por Hermann Von Mulehnbrock, porque tras el ingreso de Rafael Guilisasti y Carlos Hurtado, las señales de que se quería la paz fueron claras.
Publicado por El Mostrador Mercados, jueves 16 de octubre de 2014.
Los 150 mil empleos que Alberto Arenas prometió a los senadores y que se están haciendo humo
- Son escasas las declaraciones de este gobierno respecto a metas de creación de plazas de trabajo. Las cifras que el viernes pasado se dieron a conocer dan cuenta que la economía apenas está generando 81 mil en doce meses.
- “Para llegar a 150 mil empleos de calidad, la economía debería crecer en torno a 4,5% o 5%. Eso no será posible el 2014 ni el 2015” , señala Joseph Ramos, profesor de la Universidad de Chile.
- “Las decisiones de contratación están íntimamente ligadas a la inversión y ésta cae de manera estrepitosa”, agrega Angel Cabrera, de Forecast Consultores.
- “Hacienda puede estar trabajando 20 horas diarias, pero el resto del país no”, concluye Ramos.
PARTE II: El relato del Gobierno sobre las razones que tuvo para sumar a la derecha a la Reforma Tributaria
- La preocupación por el crecimiento y las expectativas a la baja llevaron al equipo de Hacienda a redoblar los esfuerzos por alcanzar un entendimiento, lo más amplio posible, con la oposición. Los primeros acercamientos habrían sido con la UDI y no con RN.
- Alejandro Foxley le planteó al ministro Alberto Arenas que una reforma estructural requería no sólo de los votos para aprobarla, sino de un apoyo que fuera más allá de la mayoría gobernante.
El deterioro de la economía era una preocupación que rondaba al ministerio de Hacienda. Pese a que públicamente se dijera que la actividad iría de menos a más hacia el segundo semestre, los indicadores demostraban una caída que comenzó a pesar. El último Imacec, el de mayo, fue de 2,3%.
A medida que pasó el tiempo se hizo más evidente el deterioro de las expectativas. Las señales apuntaban a que había varios proyectos importantes parados por el ambiente de crispación que se percibía. La preocupación por estos dos factores –crecimiento y expectativas-llevaron a redoblar los esfuerzos por alcanzar un entendimiento, lo más amplio posible.También influyeron los consejos y la orientación del ex ministro y ex senador, Alejandro Foxley.
Publicado por El Mostrador Mercados, viernes 11 de julio de 2014
El relato de la derecha sobre las conversaciones que la llevaron a firmar el protocolo de entendimiento de la Reforma Tributaria
- La lección que la derecha habría aprendido y que puso en práctica en la tramitación de la Reforma Tributaria por el Senado es simple y aparentemente efectiva: “Los acuerdos son posibles de alcanzar, mientras la presión social esté fuerte”.
- Mientras RN abrió un “canal técnico” con Hacienda, la UDI mantenía una postura más escéptica. Todos coinciden que las primeras señales de apertura al diálogo se dieron a inicios de junio.
La señal estaba, pero pocos la calibraron en su real dimensión. El 9 de junio se reunieron los senadores de Renovación Nacional con el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, en Teatinos 120. A la salida, el senador Francisco Chahuán resaltó que “lo importante es que hemos abierto un canal técnico con el gobierno para ir resolviendo los temas en particular, con la asesoría de los hermanos Bernardo y Juan Andrés Fontaine y el subsecretario Alejandro Micco, que va a generar la posibilidad de revisar en detalle cada una de las propuestas.”
Un mes después se selló el protocolo de acuerdo entre el Gobierno y la Oposición que cambió sustancialmente el proyecto de Reforma Tributaria, algo que a inicios de junio se veía poco probable dado el discurso público que mantenía el ministro Arenas de defender a toda costa el “corazón” de la reforma.
Publicado por El Mostrador Mercados, jueves 10 de julio de 2014