- El nuevo director del SII sabe que no tiene tiempo que perder y que debe preparar a esa institución para afrontar el mayor cambio tributario que se ha llevado a cabo desde la década de los 80. Mientras que a Alberto Cuevas en Hacienda ya le comenzó la cuenta regresiva.
- Jorratt es un estudioso de los sistemas, pero no es abogado. Por eso deberá buscar un buen apoyo legal si decide sacar a Juan Alberto Rojas de la subdirección de Normativa.
Publicado por El Mostrador Mercados, jueves 13 de marzo de 2014.
El proyecto de ley de reforma tributaria es muy ambicioso y Michael Jorratt, el nuevo director del Servicio de Impuestos Internos (SII), tiene la misión de ponerlo en práctica. Por eso, sabe que no cuenta con mucho tiempo para “afinar” al servicio para la nueva etapa que se viene una vez que se haya aprobado el proyecto en el Congreso.
Jorratt ha vivido gran parte de su vida profesional bajo el alero del Estado y su eje de acción han sido los impuestos. Tiene un magíster en Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile que obtuvo con la tesis“Evaluación de las Exenciones en la Ley del IVA”.
Sin embargo, cuando se le pregunta a los abogados tributarios del sector privado sobre él, muchos datos -más allá de los públicos- no son capaces de dar. Sí existe conciencia en que “se nos viene dura la mano”. Por eso, no es de extrañar que más de alguno haya hecho circular entre sus clientes el documento que publicaron Jorratt y Tasha Fiarfield en enero de este año, titulado “Tax income shares, business profits and effective tax rates in contemporary Chile”.
En las reuniones de empresarios es tan desconocido que hasta ayer cuando querían saber algo de él, lo identificaban como “ése que tiene apellido francés”.
Jorratt ganó fama cuando hizo la primera métrica de evaluación de la evasión en Chile y quienes sí lo conocen dicen que es un estudioso del sistema. No por nada en su calidad de jefe de estudios del SII manejó la información tributaria de Chile y se hizo asiduo a cuantificar la evasión: sabe reconocer por dónde se está fugando el dinero y qué impuestos recaudan más o menos. Desde esa perspectiva está perfecto para el cargo que le dio el nuevo ministro de Hacienda, Alberto Arenas.
Después de casi 7 años de ausencia, vuelve a encabezar el Servicio de Impuestos Internos del que salió en 2007 en la época en que Ricardo Escobar era su director, quien sacó a varios duros y los reemplazo por funcionarios más dispuestos a llegar a acuerdos con los contribuyentes. Con la salida de Juan Francisco Sánchez de la subdirección de Estudios, el candidato natural a sucederlo era Michael Jorratt que ocupaba la jefatura de esa subdirección. Sin embargo, Escobar prefirió a otro y Jorratt se sintió poco valorado lo que provocó su renunciadespués de 13 años de servicio. Desde entonces, la relación entre ambos dicen que no es buena.
Fue esa salida y su incursión por el área de las asesorías lo que le permitió estrechar lazos con Alberto Arenascuando éste era director de Presupuestos y lo que le catapultó hoy a ser director del Servicio.
Uno de los puntos débiles de Jorrat es que no es un técnico tributario, su especialidad no está en las leyes, por lo tanto, deberá buscar un buen apoyo legal. Clave será a quien nombre en la subdirección de Normativa si decide sacar a Juan Alberto Rojas. Ayer se especulaba que podía ser la ex jefa del departamento jurídico de la Dirección de Grandes Contribuyentes (DGC), Elena Amaya a quien Julio Pereira no le renovó el contrato.
¿Por qué es clave este cargo? Porque es el responsable, entre otras cosas, de la interpretación de las leyes, reglamentos y normas tributarias. Por ejemplo, debe filtrar los oficios del servicio, los cuales marcan pautas de criterio y distinguir si ciertas directrices tendrán o no impacto en la recaudación, en lo político o simplemente son un mero trámite.
Hasta ahora el que ha reinado en esa subdirección esJuan Alberto Rojas, quien es definido como un tipo muy inteligente y con experiencia. Está en el servicio desde 1980 y ha sobrevivido a todos los gobiernos, pese a ser más bien de derecha.
Otros dos puestos claves son las cabezas de la Dirección de Grandes Contribuyentes (DGC), a cargo de Bernardo Seaman y la Dirección Regional Santiago Oriente, liderada por Claudio Ambiado. Ambas direcciones son estratégicas no sólo en términos de recaudación, sino que también políticos. La DGC lidia con las mayores empresas de Chile y abogados de peso; y la segunda es complicada porque en ella declaran sus impuestos personales las fortunas más grandes del país.
En un ámbito más general, se especula que aumentará la dotación de funcionarios (al cierre de 2012 sumaban 4.230 empleados), básicamente porque preferirá no tener problemas con los sindicatos. Si la Tesorería paraliza sus actividades, nadie se da cuenta porque los bancos siguen funcionando, cosa distinta es cuando esto sucede con Impuestos Internos, explican fuentes vinculadas a la entidad.
Pero cuando se usa la palabra “afinar” no sólo se refieren a cambios de jefatura, sino también a una serie de modificaciones administrativas al interior del servicio. De hecho, en la medida que vaya tomando cuerpo el proyecto de Reforma Tributaria y negociándose en el Congreso, el servicio debe ir preparando la nueva página web, los formularios y las bases de datos, entre otras cosas, para poder cumplir con los plazos de implementación.
El primer tiempo es de Cuevas
Mientras Jorratt “afina” al servicio para poner en práctica la reforma tributaria, quien debe dar el contenido y llevarlo a un proyecto de ley que está comprometido para los primeros 100 días de gobierno, es Alberto Cuevas. Recientemente nombrado asesor de políticas tributarias del equipo de Hacienda, este ex funcionario del Servicio es reconocido como un “intelectual” que hizo una carrera técnica como jefe de impuestos directos, o sea, en todo lo que tiene que ver con Ley de la Renta. Salió de la institución porque había tocado techo y era muy difícil que pudiera ocupar el cargo de Juan Alberto Rojas.
Cuevas ha sido profesor de la Universidad de Chile y de la de Los Andes, es cercano a la democracia cristiana y al nuevo subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco. Es un tipo disciplinado y no se saldrá de libreto, dicen de él.
Cuevas participó en, al menos, las dos reformas tributarias del gobierno de Piñera, pero como funcionario de tercera línea del servicio no tuvo que aplanarse el Congreso haciendo lobby.
La falta de roce político que podría ser su principal debilidad, Micco puede subsanarla. “Quizás le falta calle” porque gran parte de su vida profesional la ha desarrollado en el sector público, aunque hizo una breve pasada por la auditora KPMG, donde ocupó la dirección de Tax&Legal a partir de octubre de 2012.
Este coordinador de políticas tributarias es el que tiene la presión de Arenas, pues el mensaje fue claro desde el primer día en que se supo el nombramiento del nuevo ministro de Hacienda: “No hay tiempo que perder”.