• Esta cadena de retail asumió el domingo 15 que los activos estaban por encima de su valor razonable en US$ 424 millones, si se suman las pérdidas por plusvalía y por activos intangibles distintos a plusvalía.
• La compañía no específica cuáles son los sobreprecios que están afectados por el deterioro y que, por lo tanto, son irrecuperables. ¿La razón? La cifra se entrega en dos grandes líneas, sin detallar las empresas.
Publicado por El Mostrador Mercados
La pérdida de patrimonio de SMU tan sólo en el segundo trimestre fue de US$ 468 millones. Así de dura fue la cifra que los accionistas de esta cadena de retail tuvieron que tragarse cuando vieron en la publicación de resultados a junio de 2013 que esta glosa apenas llegaba a los US$ 996,9 millones.
La razón principal de esta caída en el valor de la compañía se debe a que revisaron la plusvalía o “goodwill”, es decir, el sobreprecio por encima del valor de mercado que pagó SMU por los activos que compró. La norma IFRS da un plazo de 12 meses para determinar este “goodwill” y cada año hay que chequear si el flujo que genera el negocio asociado a esta plusvalía, es capaz de pagarla. Es decir, anualmente se verifica si ese sobreprecio pagado se justificaba o no.
En caso de que se determine que no tenía asidero, se lleva a cabo el llamado deterioro de plusvalía. Esto implica reconocer pérdidas, lo que afecta los resultados de la empresa en el período analizado y su patrimonio.
En lo que corresponde a SMU, este holding informó pérdidas por US$ 563 millones en los primeros seis meses del año, debido al ítem otras ganancias donde se refleja el deterioro de plusvalía.
Si se analizan los activos, a diciembre de 2012, el “goodwill” se remontaba a $ 675 mil millones (unos US$ 1.330 millones) que explicaban el 30% de los activos totales, ahora a junio de 2013 este monto se redujo a $ 482.633 millones (alrededor de US$ 951 millones), representando el 25% de los activos (US$ 3.801 millones).
Pero esto no es todo. Una línea más abajo de esta glosa se encuentran los activos intangibles distintos a plusvalía y por ellos se entienden la inversión en software, la cesión de marcas y las listas o carteras de clientes, entre otros. Este ítem también sufrió cambios relevantes al registrar al primer semestre una inversión neta de US$ 325 millones, es decir, cerca de US$ 45 millones menos que a diciembre. Lo distinto este año fue que reconocieron un “deterioro” acumulado de marcas y otro de listado de clientes por un total de US$ 44 millones.
En total, por concepto de deterioro de plusvalía, la empresa reconoció una pérdida de US$ 380 millones; y por el de deterioro de activos intangibles, asumióun menor valor de US$ 44 millones. Esto significa que de acuerdo a los criterios ahora empleados, los activos estaban por encima de su valor razonable, es decir, US$424 millones demás.
¿Desde cuándo se viene produciendo este deterioro? Esa es una pregunta que no tiene respuesta por ahora. Cabe recordar eso sí que la plusvalía ya le había dado un dolor de cabeza a los inversionistas de SMU cuando con motivo de la publicación de los resultados a diciembre de 2011, la administración tuvo que ajustar el “goodwill” asignado principalmente a Alvi y Construmart, lo que implicó una pérdida por este concepto de US$ 85 millones. Estas dos cadenas fueron compradas en enero de 2011 y luego vinieron otras compañías como la operación de fusión con Supermercados del Sur.
El peso de SDS
Lamentablemente, SMU no detalla cuáles son los activos que más pérdida de valor sufrieron por deterioro. Lo empresa publica un largo listado de cadenas comerciales adquiridas en los últimos años, donde le asigna a cada cual un valor por plusvalía y, al final de esta nómina, agrega dos líneas globales que dicen: deterioro por plusvalía por insumos de la construcción que asciende a $ 6.301 millones (US$ 12,4 millones) y deterioro de plusvalía por segmento de supermercados que se eleva a $ 186.279 millones (US$ 367,3 millones).
Resulta imposible desentrañar qué adquisiciones tienen los mayores valores irrecuperables. Sí se puede decir que más del 50% de la plusvalía (antes del descuento por deterioro) está dada por Supermercados del Sur (SDS), pues suma cerca $ 342.894 millones (cerca de US$ 676 millones), de lo cual se puede inferir que parte importante de la pérdida debería obedecer a la valorización que se hizo de esta cadena a la hora de fusionarla.
A su vez, por el lado de los intangibles, tampoco hay mayor detalle. Sin embargo, hay elementos que despiertan curiosidad. Por ejemplo, SMU presenta una inversión neta de amortización por concepto de software de $ 42.940 millones (es decir, US$ 84,6 millones).
Una cifra que llama la atención si se la compara con Cencosud que tiene presencia en América Latina y activos por US$ 18.964 millones, o sea, casi 5 veces el tamaño de SMU. Sin embargo, en programas informáticos tiene un poco menos que la cadena controlada por el grupo Saieh: $ 41.135 millones o US$ 81,1 millones.
Deterioro y EBITDA negativo
Si lo anterior puede causar dudas, lo que resulta preocupante es que la empresa haya pasado de un Ebitda positivo al primer trimestre a uno acumulado negativo de $ 9.358 millones. Sólo en el segundo trimestre de este año, fue de -$ 12.863 millones, lo que implicó que el margen de los ingresos cayera a 0,9% respecto del acumulado a junio de 2012. “Esta caída se explica principalmente por el incremento de los gastos de administración de la compañía, a lo que se suma el efecto del cambio de la política contable respecto de los arrendamientos”, señala el análisis razonado.
Ello quiere decir que a juzgar por el nuevo criterio que impera en la compañía existían gastos que no se habían reconocido oportunamente, pues en jerga contable se habían diferido o se encontraban “activados”.
Lo que ya nadie discute es que tal como está la empresa requiere de un aumento de capital antes del 2014. Por ello, el hecho esencial que enviaron el domingo 15 en la noche indica que dejan sin efecto la decisión de la anterior junta extraordinaria de accionistas y que llaman a una nueva -citada para el 2 de octubre- con el fin de fijar un aporte de US$ 500 millones.
También señalan que ya no será una oferta pública de acciones, sino que de carácter privado, lo que resulta razonable después de 19 hechos esenciales enviados desde el 11 julio a esta parte y del deterioro tanto en los números como en el gobierno corporativo que han debido reconocer. Un ejercicio doloroso si se piensa en las cabezas que hay tras esta compañía.