El financista desatado que cada vez que logró acumular una fortuna, la perdió

  • John Plender escribió el obituario de Charles Gordon para el Financial Times. Gordon era un soñador con buenas ideas, pero escaso talento para manejar la fortuna ajena y la propia.

En sus días de auge, Charles Gordon fue el más creativo capitalista de inversiones de riesgo en la City de Londres. Respaldó negocios tan diversos como National Car Parks, Carmen Curlers y las operaciones europeas de la cadena de hamburguesas Wimpy. El se casó con una célebre bailarina de ballet y se contaba entre los amigos de la Princesa Margarita.

Gordon hizo y perdió muchas fortunas y murió sin un penique a los 87 años, dependiendo de su familia y otros benefactores.

Su compañía más innovadora, fue Spey Investments creada a mediados de los sesenta. Gordon se dio cuenta que el crecimiento de los vehículos de inversión colectivos como los fondos de pensiones estaba transformando la arquitectura del sistema financiero y reconoció tempranamente que estos titanes emergentes estaban muy mal equipados para financiar negocios pequeños y en desarrollo. Ante la ausencia de intermediarios para canalizar el dinero a esta área dejada en la orfandad, Spey fue diseñado para suplir ese desequilibrio.

Asimismo, vio que muchos fondos de pensiones tenían más dinero que talento gerencial. En esos días, los gerentes de fondos de pensiones tenían un bajo estatus en las compañías y rara vez se sentaban en las mesas de los almuerzos con los bancos top.

De acuerdo a un amigo de ese tiempo, Gordon fue “la primera persona de la City en tratar a los gerentes de fondos de pensiones como seres humanos”. Quizás esto sea una exageración -dice el FT-, pero una combinación de desvergüenza y de entretención con el apoyo de su glamorosa esposa -Nadia Nerina, quien bailaba en los principales roles de Covent Garden- funcionaba bien cuando se trataba de levantar dinero.

Charles Gordon nació en Vilna, Lituania, el 19 de mayo de 1927. Fue hijo de Tania y Sholom Gordon, quienes emigraron a Sudáfrica y luego a Londres. Después de Cambridge, donde estudió Inglés y Derecho, él viajó y trabajó esporádicamente para la compañía de ingeniería de su padre. Pero eso terminó en 1955 cuando se casó con Nerina, quien no era judía. Sholom se ofendió y le cortó el dinero.

Gordon logró un trabajo en Investors Chronicle, ahora parte de Financial Times Group. donde escribió sobre finanzas y conoció a los principales empresarios que hicieron sus fortunas en los cincuenta durante el boom inmobiliario. Esto le dio la entrada al principal grupo de desarrolladores inmobiliarios de UK, City Centre Properties, que era manejado por Jack Cotton. Gordon se transformó en su asesor financiero y luego escribiría un libro contando las relaciones entre Cotton y su socio, Charles Clore.

Luego vino un período en el gigante Hambros. Gordon persiguió oportunidades en  emprendimiento de capital de riesgo con el respaldo de esta compañía, lo que lo  llevó a securitizar el financiamiento del banco Cedar Holdings, que tuvo que ser rescatado en 1974, lo que lo llevó a escribir otro libro, Cedar Story, afirma FT.

Hambros se convirtió en una piedra en el zapato para Spey, por lo que persiguió y ganó el  apoyo de los fondos de pensiones de Unilever, ICI, Barclays y de la industria de abastecimiento de electricidad, en conjunto con la Royal Insurance. Aunque el manejo gerencial de Spey dejaba mucho que desear, grandes sumas de dinero eran filtradas a compañías no relacionadas.

Ni las administraciones ni sus financistas se dieron cuenta a tiempo de que Spey estaba perdiendo grandes sumas de dinero a un ritmo increíble. Cuando las instituciones despertaron – en parte empujadas por un artículo de Gordon en su viejo diario-, él fue derrocado y Spey desmantelada.

Gordon se dedicó a las propiedades y quebró. A menudo estuvo a punto de tener éxito con nuevos negocios, pero siempre volvió a caer. Sin embargo, tuvo un momento final de auge  empresarial. En sociedad con Depfa, el banco alemán, persuadió a la Kuwait Investment Office de vender 13 acres de un sitio que estaba en Tower Bridge en Londres a un consorcio donde él participaba.

Depfa, que rápidamente vendió, le negó su ambición de transformarse en un magnate inmobiliario. Pero él hizo millones con la transacción, aunque nunca se hizo pública su participación. El sitio es hoy el lugar donde se aloja de Greater London Authority. Luego, Gordon intentó financiar paneles de energía solar en los techos de los estacionamientos de autos de los aeropuertos y en las carreteras.

Desgastado por las preocupaciones de dinero, tuvo que enfrentar la muerte de Nerina en 2008 a los 80 años. Después de ir a una exhibición en honor de ella en el Royal Opera House el año pasado, Gordon fue diagnosticado de demencia. Este financista encontró su fin en el sur de Francia, donde él había vivido desde fines de los setenta. Le sobreviven tres hijos.

Publicado por Financial Times, sábado 16 de agosto de 2014.