El pasado miércoles, la Fed anunció que no iba a reducir su programa de compra de bonos. La noticia fue anunciada precisamente a las 2 p.m. en Washington, según la hora que establece el reloj atómico nacional. Se necesitan 7 milisegundos para que esta información llegue a Chicago. Un milisegundo es la milésima parte de un segundo.
Sin embargo, varios pedidos grandes que se basaron en la decisión de la Fed se colocaron en bolsas de Chicago ya 2-3 milisegundos después de las 2 p.m. Según Eamon Javer, de CNBC, que se remite a estimaciones de la firma de análisis de mercado Nanex, unos 600 millones de dólares en activos podrían haber cambiado de manos en esa fugaz fracción de segundo.
Actualmente se investiga cómo pudo haber sucedido este movimiento.
“Mientras tanto, se puede sacar una lección útil de todo el episodio. La realidad que muestra qué pérdida irrecuperable de eficiencia para la sociedad representa la actividad comercial, sobre todo en la variedad de ultra-alta frecuencia”, sostiene el columnista Neil Irwin en su artículo en ‘The Washington Post’.